La transformación de residuos de la madera en pellets supone ya el 30 por ciento de la producción de la empresa burgalesa 'Hijos de Tomás Martín', dedicada fundamentalmente a la fabricación de tablas de madera en su aserradero de Doña Santos, en plena Sierra de la Demanda.
Esta sociedad familiar, fundada en los años 30, comenzó su actividad como carpintería y, en la actualidad, el aserradero para la fabricación de tablones supone su actividad principal.
Sin embargo, desde hace siete años aproximadamente, los responsables de la compañía, cuarta generación de la familia, comenzaron a aprovechar los residuos que dejaba ese aserradero para obtener pellets con los que alimentar estufas y calderas de biomasa, una actividad que ha ganado peso, hasta suponer alrededor de un tercio de toda su producción, según ha explicado uno de los tres socios actuales, Tomás Martín, en declaraciones realizadas a Europa Press.
Asimismo, Burpellet, nombre comercial de la división de bioenergía de la empresa, se ha convertido en la primera marca de Castilla y León en obtener el certificado de calidad 'ENplus A1', un sello europeo que mide tanto el poder calorífico, como la cantidad de ceniza que generan.
Martín ha señalado como "claves" para lograr esta calidad tanto las características de la materia prima, en este caso procedente de la comarca de Pinares, como del proceso de secado de la misma, durante el cual se evapora "casi el 50 por ciento de la madera", ya que, de una tonelada de madera procedente del aserradero, "400 kilos son agua y sólo 600 pueden ser aprovechados para fabricar pellets".
También influye la compresión a que se enfrenta la madera durante el prensado, de manera que no forme polvo, pues éste "no se quema" y obliga a recargar las calderas y a limpiarlas "con más frecuencia". Todo ello cobra "mayor importancia" en las nuevas calderas "más sofisticadas", las cuales "no pueden funcionar si no se eliminan estas impurezas periódicamente", a diferencia de lo que ocurre "con las estufas clásicas".
PLANTILLA
De los 55 empleados con que cuenta 'Hijos de Tomás Martín', siete se dedican de manera estable a la producción de pellets de biomasa, todo ello en una población, como es Doña Santos, de tan sólo 48 vecinos, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondientes a 2011.
Con los residuos del pino que genera este aserradero, Burpellet comercializa anualmente 30.000 toneladas métricas de pellet, un producto surgido a partir de unos deshechos que tienen un valor de 30 euros por tonelada, pero que, una vez transformados, alcanzan los 160.
Estos pellets se destinan fundamentalmente al mercado francés, aunque la intención de la empresa es "apostar por el mercado español de cara a los próximos años", ya que espera que el sector mantenga su crecimiento. "La venta de calderas de biomasa ha pegado un salto enorme este año", ha asegurado Martín, quien ha achacado este tirón, a pesar de la crisis económica, al alto precio del gasóleo, lo que supone "un ahorro del 50 por ciento" en el caso de la biomasa.
A pesar de estos buenos resultados, los tres socios que gestionan 'Hijos de Tomás Martín' tardaron en tomar la decisión de embarcarse en la producción de pellets hasta que se aseguraron de que podían abastecerse "sólo con los residuos del aserradero" y hasta que encontraron la financiación necesaria para poner en marcha el proyecto.
Sin embargo, actualmente dicho aserradero procesa diariamente 500 toneladas diarias de madera de pino, aunque sus responsables esperan "duplicar" la producción en febrero, pese al descenso en el mercado de tableros, todo ello gracias a la expansión de la biomasa, para lo cual han llegado a un acuerdo con una empresa oscense de maquinaria para la biomasa.
Fuente: lainformacion
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