AGRO 2.0 ESPAÑA: La producción de ganado porcino ecológico en Andalucía llega ya a 1.755 cabezas

La comunidad autónoma andaluza produce actualmente 1.755 cabezas de ganado de cerdo ecológico, con la provincia de Huelva como líder, con 1.071 cabezas, lo que supone el 61,02 por ciento del sector, según datos del Sistema de Información de la Producción Ecológica en Andalucía (SIPEA). Así lo ha comunicado la Consejería de Medio Ambiente, tras llevar a cabo el recuento por los distintos organismos de control autorizados para la certificación en la región, con un total de 1.755 ejemplares de porcino criados bajo los criterios máximos de sostenibilidad y amparados, en consecuencia, por los más altos niveles de calidad y excelencia.

   Huelva se afianza así en su posición de liderazgo, por delante de Córdoba, que dispone de 298 cabezas de cerdo ecológico (el 16,98 por ciento); y Cádiz, donde se registran 271 (el 15,44 por ciento). Sevilla, con 70; Jaén, con 33; y Málaga, con 12, completan el mapa de este sector en la comunidad autónoma.

    Una producción que, según la delegada territorial de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente en Huelva, Carmen Lloret, sale al mercado con el valor añadido de la diferenciación, el sello del mejor sabor y la garantía de un alimento saludable.

    La preponderancia se mantiene al tomar como referencia la cantidad de explotaciones, ya que en Huelva se localizan hasta 40, lo que equivale al 57,14 por ciento de las 70 que se distribuyen por el conjunto de Andalucía. Cádiz, con 16, aglutina, por su parte, el 22,86 por ciento de las mismas.

    Sevilla con seis, Córdoba con cuatro y Jaén y Málaga, con dos cada una, cierran el número de fincas dedicadas al cerdo ecológico en la región.

    En la misma línea, Huelva es también la provincia con mayor actividad transformadora asociada a la cabaña de cerdo ecológico, una afirmación que se sustenta en la existencia de 15 mataderos y salas de despiece autorizados en producción ecológica y 13 empresas más dedicadas a la producción de embutidos.

    Una apuesta, en su conjunto, como apunta Carmen Lloret, no sólo por los alimentos saludables y de calidad, por la competitividad y la rentabilidad, sino también por la protección de un ecosistema único como es la dehesa.

    Algo que descansa en la conjugación de prácticas agrarias respetuosas con el medio ambiente, normas exigentes sobre bienestar animal, el mantenimiento de elevados niveles de biodiversidad y la no aplicación de productos químicos de síntesis.

FUENTE: AGROINFORMACION