"Es una lástima que cuando la campaña de Almería se encuentra en pleno desarrollo los precios que están dispuestos a pagar las cadenas de distribución por la sandía sean la mitad de los que están dispuestos a pagar ahora", explica Pascual Soler, vicepresidente de Asaja Almería y productor y comercializador de sandía.
A pesar de que la oferta, en estos momentos es escasa, como advierte Soler, y la demanda está haciendo que la gran distribución trate de abastecer sus lineales sin importar, "ni el precio que pagan en origen ni el margen de beneficio, ya que el precio de venta final al consumidor no está variando en exceso", el desarrollo de la última campaña de primavera ha contado con diferentes controversias que han marcado el resultado final. Y es que "cuando comenzó a repuntar el precio debido a la menor entrada de producto de ultramar y de Senegal, las cadenas de distribución prefirieron seguir pagando menos por este producto aunque la calidad que ofreciesen fuera menor. Así, los importadores alemanes comenzaron a buscar el producto en países como Turquía y la cotización de la sandía volvió a disminuir". Ahora, explica el vicepresidente de Asaja Almería, "están pagando hasta 0,50 euros al agricultor por un kilo de sandía, cuando en el mejor momento de la campaña almeriense se vendió la negra a 0,25 euros y la blanca a 0,30euros de media".
Este productor de sandía almeriense reconoce estar sorprendido por la estrategia seguida de la gran distribución en estos momentos. «Nosotros en la provincia de Almería cuidamos al máximos los parámetros de calidad de la fruta que vendemos y sin embargo no influye para nada en la rentabilidad que obtenemos», asegura Soler, a la vez que añade que «no entiendo como ahora sí pueden pagar un precio razonable por el producto y en la campaña almeriense tratan de presionar al máximo el valor de la excelente fruta que le ofrecemos».
La situación de escasez de oferta que se está produciendo en estos momentos, según el vicepresidente de Asaja Almería se debe, precisamente, a esa presión que ejerce la distribución durante casi toda la campaña. «Los precios que están pagando habitualmente no cubren costes de producción por lo que impide que los agricultores se puedan planificar de un año para otro, seguir produciendo de la misma forma y mantener un nivel de oferta en el mercado». Este año, «la campaña de sandía en la provincia se puede calificar como nefasta, pero el inicio de otras zonas productoras nacionales tampoco ha sido bueno». Esto hace, año tras año, que el productor «se piense mucho si cultiva o no, en función de los resultados obtenidos en el ejercicio anterior».
Para Pascual Soler no es momento de pedir que los precios en origen se disparen. «Entendemos que la situación de crisis económica impide grandes cotizaciones pero los agricultores pedimos que se nos pague un precio razonable y lógico por el producto».
Fuente: Ideal
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