Eliminar incluso una especie de abejorro de un ecosistema tiene un impacto rápido y claro: sus "novios" florales producen muchas menos semillas, según un nuevo estudio publicado en 'Proceedings of the National Academy of Sciences'. Esta tendencia "alarmante" sugiere que una disminución global de polinizadores podrían tener un mayor impacto en las plantas con flores y los cultivos alimentarios de lo que se creía.
La investigación se centró en las interacciones entre los abejorros y las flores silvestres espuelas de caballero en las Montañas Rocosas de Colorado. Los resultados muestran cómo la reducción de la competencia entre los polinizadores interrumpe la fidelidad floral, o especialización, entre las restantes abejas en el sistema, dando lugar a una reproducción de plantas con menos éxito.
"Hemos encontrado que estas flores silvestres producen menos semillas a falta de una sola especie de abejorro", dice el director del estudio, el ecologista Brosi Berry, de la Universidad de Emory, en Estados Unidos. "Es alarmant, y sugiere que la disminución global de los polinizadores podría tener un mayor impacto en las plantas con flores y los cultivos alimentarios de lo estimado anteriormente", añade.
La Fundación Nacional de Ciencia (NSF, en sus siglas en inglés) financió la investigación, coescrita por el ecólogo Heather Briggs. de la Universidad de California-Santa Cruz, también en Estados Unidos. Alrededor del 90 por ciento de las plantas necesita a los animales, principalmente insectos, para transferir el polen entre ellas y reproducirse. Las abejas son, con mucho, los polinizadores más importantes a nivel mundial y han evolucionado conjuntamente con los recursos florales que necesitan para la nutrición.
Sin embargo, durante la última década los científicos han informado de una disminución dramática en las poblaciones de algunas especies de abejas, lo que desató la investigación sobre el impacto potencial de tales reducciones. Algunos estudios han indicado que las plantas pueden tolerar la pérdida de la mayoría de especies de polinizadores en los ecosistemas mientras otros polinizadores quedan para tomar el relevo, pero estos análisis se basan en modelos informáticos teóricos.
Brosi y Briggs tenían la curiosidad de saber si esta resistencia teórica se sostendría en los escenarios de la vida real. Su equipo llevó a cabo experimentos de campo para aprender cómo la eliminación de una sola especie de polinizadores afectaría la relación planta-polinizador.
"La mayoría de los polinizadores visitan varias especies de plantas durante toda su vida, pero a menudo muestran lo que llamamos fidelidad floral durante periodos de tiempo más cortos --explica Brosi--. Tienden a centrarse en una planta mientras está en flor y, a continuación, unas semanas más tarde, pasar a la siguiente especie en flor. Es una especie de monógamos seriales".
La fidelidad floral claramente beneficia a las plantas, debido a que sólo la visita de los polinizadores tendrá como resultado la reproducción cuando el polinizador lleve el polen de la misma especie vegetal. "Cuando las abejas son promiscuas, es decir, visitan las plantas de más de una especie en una sola sesión de alimentación, son mucho menos eficaces como polinizadores", explicó Briggs.
Los investigadores realizaron sus experimentos en el Laboratorio de Biología de las Montañas Rocosas cerca de Crested Butte, Colorado. Situado a 9.500 metros, los prados subalpinos de la instalación son demasiado altos para las abejas pero son un hervidero de abejorros durante los meses de verano. Los experimentos se centraron en las interacciones de los insectos con las espuelas de caballero, unas flores silvestres de color púrpura oscuro, que son visitadas por diez de las 11 especies de abejorros que hay allí.
Los científicos estudiaron una serie de flores silvestres en un área de 20 metros cuadrados, en su estado natural y en un modelo manipulado, en el que se utilizaron redes para sacar los abejorros de una sola especie, y, posteriormente, los investigadores observaron el comportamiento del abejorro en las parcelas controladas y las manipuladas.
"Es un reto porque las abejas pueden volar bastante rápido", relató Briggs. A veces, los investigadores sólo podían grabar entre cinco y diez movimientos, mientras que en otros casos fueron capaces de seguir a las abejas a lo largo de cien flores o más. Gran parte de este "equipo de la abeja" estaba formado por estudiantes de pregrado de Emory.
Los investigadores observaron un efecto de cascada con la eliminación de una de las especies de abejas. Mientras que aproximadamente el 78 por ciento de los abejorros en los grupos de control son fieles a una sola especie de flor, sólo el 66 por ciento de los abejorros en los grupos manipulados mostró tal fidelidad floral.
La reducción de la fidelidad en parcelas manipuladas significaba que las abejas en los grupos manipulados llevaron más tipos diferentes de polen que aquellos en los grupos de control. Estos cambios tienen implicaciones directas para la reproducción de las plantas: las espuelas de caballero produjeron alrededor de un tercio menos de semillas cuando una de las especies de abejorros se eliminó, en comparación con las flores en los grupos de control.
"El pequeño cambio en el nivel de la competencia hace que las abejas que quedan tengan más posibilidades de engañar a la espuela de caballero", destacó Briggs. Aunque investigaciones previas han demostrado que la competencia impulsa la especialización dentro de una especie, el estudio del abejorro es uno de los primeros en vincular este nuevo mecanismo para el funcionamiento general de un ecosistema.
"Nuestro trabajo muestra por qué la biodiversidad puede ser clave para la conservación de un ecosistema entero --subraya Brosi--. Tiene el potencial de abrir toda una nueva serie de estudios sobre las implicaciones funcionales de las interacciones entre especies".
FUENTE: ECOTICIAS
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