El proceso para que la aceituna de Mallorca sea reconocida con el sello de Denominación de Origen Protegida (DOP) sigue su camino, después de que el Govern haya emitido un informe favorable que remitirá ahora al Gobierno central para su envío a la Unión Europea.
En un comunicado, el Ejecutivo balear informa de que ha apoyado la solicitud de inscripción de la denominación "Aceituna de Mallorca" y "Aceituna Mallorquina" efectuada por la Cooperativa Agrícola San Bartolomé de Sóller en el Registro Comunitario de las Denominaciones de Origen Protegidas y de las Indicaciones Geográficas Protegidas.
Después de que, hace ahora un año, los resultados del estudio del ADN del olivo mallorquín determinaran que se trata de una variedad autóctona de las más antiguas, para conseguir este reconocimiento, era necesidad que alguna entidad pidiera de manera formal la inscripción de la aceituna de Mallorca en el registro, lo que la cooperativa de Sóller hizo el pasado mes de marzo.
A partir de entonces, se inició un proceso que concluye ahora, después de que no se hayan presentado solicitudes de oposición a esta inscripción.
En consecuencia, la Dirección General de Medio Rural y Marino publicará esta decisión en el Boletín Oficial de las Islas Baleares y posteriormente enviará el expediente al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente para su remisión a la Comisión Europea.
Si ningún estado miembro se opone a esta solicitud, en un período estimado de seis meses la aceituna de Mallorca podrá incorporarse al registro de denominaciones de origen.
El estudio de caracterización de la aceituna mallorquina elaborado hace un año por la Universidad de las Islas Baleares y financiado por la Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente y Territorio acredita las características diferenciadas de la aceituna mallorquina y su vínculo con el medio geográfico.
A título de ejemplo, ha resuelto la duda de si la variedad tradicional del olivo de Mallorca era proveniente de Aragón o una variedad diferente: el estudio concluye que el ADN de los olivos centenarios de Mallorca no coincide con el ADN de los olivos de Aragón, y determina que el olivo mallorquín se parece más al acebuche, la variedad más salvaje, y que, por tanto, es una de las más antiguas.
El estudio también analizó por qué la aceituna mallorquina es más sabrosa y amarga, dos características muy bien valoradas por los habitantes de la isla.
La amargura es debida a un contenido de polifenoles más elevado que la media del resto de aceitunas del mercado.
El gusto, desde el punto de vista de la sensación oleosa que deja en la boca, se da porque tiene un nivel de ácidos grasos insaturados más elevado que el de las aceitunas de otros lugares.
Estos ácidos tienen un punto de fusión bajo, y esto hace que con la temperatura de la boca los ácidos pasen a estado líquido y se tenga esa sensación de untuosidad.
Fuente: ABC
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