AGRO 2.0 ESPAÑA Jóvenes contra las cuerdas

Los apoyos a planes de modernización exigen demostrar que al menos el 50% de las rentas del solicitante provienen de actividades agrarias

La Generalitat puede negarles ayudas por no haberles pagado las anteriores
Antes de tener cosecha, quien empieza sólo puede ingresar la subvención prometida
La normativa que regula las ayudas para modernizar explotaciones agrarias (cofinanciadas por la UE, Gobierno central y Generalitat) señala que tienen derecho a solicitarlas aquellos agricultores y ganaderos que demuestren que al menos un 50% de sus rentas proceden de las actividades agrarias.
Como muchos de los jóvenes agricultores que realizan su primera instalación en el campo lo hacen con plantaciones permanentes (naranjos, frutales, viña, olivar...), salvo que soliciten el plan de modernización (por ejemplo para adquirir tractor u otra maquinaria) al mismo tiempo que presentan la de su primera instalación, luego pueden tener complicado el acceso a las mismas, al menos en los primeros años.
La razón de esta dificultad es que al principio no dispondrán de ingresos agrarios. Puede que no tengan absolutamente ninguna clase de ingresos, y con eso ya no cumplen tal condición.
La norma es la norma
Pero, encima, con que hayan recibido, por ejemplo, unos pocos euros de unos intereses bancarios, o una asignación de rentas de cualquier otra índole, por pequeña que sea, y en cambio no hayan cobrado nada del campo, todavía agravan más la situación; no están en situación de demostrar que al menos la mitad de sus rentas provengan de la actividad agraria. Aunque en realidad no hagan otra cosa más que trabajar en el campo.
Pongamos por caso que un señor abre un bar o cualquier otro negocio cara al público. Le ha podido costar un dineral la inversión, pero el día que por fin abre, empieza a vender y a recaudar.
Algo parecido ocurre si un agricultor planta hortalizas, cereales o cualquier producción de tipo herbáceo. A los pocos meses recolectará y venderá. Otra cosa será cuándo cobra, que esa es otra.
Es un tema que se planteó en su día a la Conselleria de Agricultura, porque se trata de un problema que afecta frecuentemente a los interesados. La respuesta fue que la norma es la norma. Nada de autonomía para interpretar las peculiaridades locales y defenderlas donde haga falta. Exigen que haya ingresos agrarios desde el primer momento. Aunque sea imposible.
Casuística amplia y compleja
Más aún. ¿Qué ocurre si un agricultor produce y vende, efectivamente, desde el minuto uno, pero no le pagan? Es algo que está a la orden del día.
Sabedor de lo que hay, cabe que alguno haya preferido facilitar las cosas. A lo mejor ha sacado parte de su producción de la cooperativa para venderla por su cuenta, porque temía que la entidad le pagara demasiado tarde, cuando quería recaudar lo que fuera dentro del año a fin de poder cumplir la condición señalada. Para poder hacerlo así le ha costado pagar a la cooperativa lo estipulado por vender parte de su cosecha a terceros. Y ahora resulta que los terceros no le pagan.
Como al final no tiene ingresos en ese año, es verdad, no puede demostrar lo del 50%, y por tanto no cumple lo estipulado para que le aprueben las ayudas de modernización que solicitó.
La casuística es muy amplia y compleja como para pretender simplificarlo tanto.
La Generalitat no cumple
Pero lo peor de todo, lo más kafkiano, se presenta cuando es la propia Generalitat la que provoca el desaguisado y es arte y parte en el asunto.
Las ayudas agrarias son ingresos que computan a efectos del impuesto de la renta (IRPF) igual que si fuera dinero percibido por la venta de la cosecha. De manera que, hasta ahora, los agricultores jóvenes que se instalaban en explotaciones donde es normal que no tengan ingresos de cultivos al principio, como en los siguientes meses a su instalación recibían la subvención correspondiente, tenían fácil demostrar el cumplimiento (de sobra) de la exigencia del 50% para no tener problemas al presentar un nuevo plan de modernización.
Pero ¿qué ocurre ahora? Como la Generalitat no paga lo que les debe a los jóvenes que se instalaron desde hace dos años, aparte de que ninguno puede disponer de un dinero que les prometieron que llegaría con puntualidad, y con el que contaban para salir de apuros, buena parte de ellos se encuentran con la dificultad añadida de que no pueden cumplir lo del 50% para acreditar su derecho a pedir nuevas ayudas para adquisición de maquinaria o cualquier otra cosa que precisen para producir mejor y ser viables.
La misma Administración que no paga coloca en riesgo de denegados apoyos a quienes no pueden cumplir los requisitos requeridos, precisamente porque esa misma Administración no les paga y los mantiene en situación de ahogo financiero.