Los precios en origen del aceite de oliva continúan su carrera alcista imparable tanto en el mercado de contados como en el de futuros, una tendencia que podría durar unas semanas más rozar el techo de los 3 euros por kilo, según opinan algunos expertos, para "desinflarse" después, a mediados de octubre.
Las almazaras que no tienen prisa en vender ahora en la confianza de que los precios seguirán subiendo podrían replantearse su estrategia y pensar en recoger beneficios por lo que pueda pasar.
De momento, el Sistema de Información de Precios en Origen (POOLred) recoge entre el 15 y el 21 de septiembre un volumen de compraventas de 10.154 toneladas entre almazaras y comercializadoras con repuntes del 6,17 % para el virgen extra (hasta 2,64 euros por kilo) y del 5,12 % para el virgen (2,58 euros).
Y los aceites de menor calidad se pagan ya a 2,34 euros.
En el último mes, el POOLred constata un repunte de las operaciones de venta (51.014 toneladas, +46 %) en el corto plazo, con importantes revalorizaciones del producto: +20,45 % para el virgen extra; +22,14 % para el virgen; +21,15 % para los lampantes y +198,64 % para los de calidad inferior.
En el largo plazo, del 13 al 19 de septiembre se han realizado en el Mercado de Futuros del Aceite de Oliva (MFAO) un total de 4.050 contratos de lampantes, lo que muestra su dinamismo, con precios que siguen experimentando un importante ascenso durante toda la semana.
Algunas operaciones con futuros realizadas esta semana han llegado hasta los 2,75 euros/kg, cantidad interesante en términos de cierta rentabilidad para almazaras y agricultores.
Por su parte, el Ministerio de Agricultura destaca en su último informe -con precios del 10 al 16 de septiembre- que continúan subiendo los precios de olivas vírgenes (5,71 %), lampantes (4,25 %), orujo crudo (9,11 %) y refinado de girasol (3,21 %).
En cuanto a la evolución de los mercados representativos, el Ministerio recoge importantes alzas en casi todas las plazas.
Granada tuvo los mejores precios de los vírgenes extra españoles (260 euros/100 kg) y de los vírgenes (245 euros/100 kg); Badajoz lideró los de los lampantes (237,40 euros/100 kg) y Tarragona marcó las mayores cifras para aceite de oliva refinado (243,41 euros), aceite de orujo crudo y refinado (99,17 y 135,23 euros/100 kg respectivamente) y aceite de girasol refinado (117 euros/100 kg).
Tras las subidas de las últimas semanas, surgen dudas sobre cuánto más durará "el festín" de precios.
Según el consejero delegado de GEA Westfalia Separator Ibérica, Juan Vilar, ayer se hicieron algunas operaciones en el mercado de contados por 2,7 euros/kilo y los precios podrían subir "un poquito más" hasta un máximo de 2,9 o 3 euros por kilo próximamente.
Pero la cotización podría comenzar a bajar después, coincidiendo con el inicio de la recolección portuguesa, sobre el 15 de octubre.
En su opinión, con las altas cantidades estocadas aún y con las previsiones de oferta que llegará al mercado, a los tenedores de aceite les conviene vender a los precios actuales, porque los 2,7 euros por kilo actuales suponen un valor que cubre de forma holgada gastos de explotación y permiten lograr un razonable beneficio.
Sobre el efecto de estas subidas de precios sobre el IPC y sobre el consumo, Vilar asegura que las alzas tienen un escaso efecto inflacionista respecto a otras rúbricas -como los combustibles-, aunque sí puede notarse un efecto en una disminución de las ventas entre los consumidores en un momento de crisis como el actual.
El director Ejecutivo del COI, Jean-Louis Barjol, comentó que todo el mundo anticipa una cosecha en España mucho menor que la "extraordinaria" lograda en la campaña anterior (1,8 millones de toneladas), pero que está por ver cómo evolucionarán los precios.
Barjol recuerda que hay stocks muy altos almacenados y que habrá que analizar aún cuáles han sido sus condiciones de conservación y categorías bajo las que podrán comercializarse, y cómo vendrán las cosechas en otros países antes de hacer un balance aproximado.
En todo caso, reconoce que "falta producción para exportar" en España y "eso tendrá su impacto en el mercado", ya que las ventas españolas al exterior -directamente o a través de Italia, su principal comprador y reexportador- marcan el precio internacional.
¿Pero hasta qué nivel subirán los precios? Barjol opina que sería bueno encontrar un equilibrio que permita rentabilidad al agricultor -después de valores muy bajos en los últimos años- y no demasiado altos, porque "estropearían" el mercado al detraer las compras de los consumidores en un momento de crisis.
Fuente: infoagro
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