Ante las altas temperaturas, las reducidas precipitaciones y la demanda imparable de agua para la agricultura intensiva y el turismo, Ecologistas en Acción reclama al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente una gestión responsable del agua que garantice su disponibilidad para la población.
Los embalses con usos consuntivos han reducido sus reservas en un 1,7 % situándose en el 55,5 % de su capacidad máxima. Las altas temperaturas, la escasez de precipitaciones y los desembalses para el riego han producido este descenso, especialmente en el Ebro, donde el agua embalsada está al 46% de su capacidad, y en el Duero, que tiene sus embalses al 37 % de su capacidad total. En relación al volumen embalsado global se sitúa en un 50,78 % de su capacidad, un 2 % menos que la media de los 10 años anteriores y un 16 % menos que el año pasado.
En este contexto numerosos municipios de Cataluña, Cantabria, Castilla-La Mancha y Castilla y León han adoptado medidas para atenuar los problemas de abastecimiento de agua. Precisamente, Ecologistas en Acción de Cataluña reclamó el 20 de agosto la aprobación urgente de un Plan de Gestión de Sequías que contenga la demanda y fije el tanto por ciento de producción de las desalinizadoras. Debido a que se ha reducido el volumen de agua embalsada en el Llobregat y el Ter, está en torno al 70 %, y no se ha incrementado la producción de agua desalinizada, incumpliendo así el Plan de Sequías de Cataluña.
Si bien el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente no considera que estemos en una situación de emergencia, sí hace falta planificar con suficiente antelación la gestión del agua ante la falta de precipitaciones. En los meses estivales es, precisamente, cuando más agua se consume para el regadío y para el turismo lo cuál supone una seria amenaza para la conservación de los ecosistemas hídricos y para la garantía del abastecimiento de agua potable a las poblaciones. Es necesario que el Ministerio actúe con previsión y, tal y como exige la Ley de Aguas, prime el abastecimiento urbano sobre el resto de usos productivos. De esta forma se puede evitar episodios como en la sequía de 1990 a 1995 cuando muchas poblaciones entraron en restricciones a la vez que los cultivos de regadío.
Por todo ello, Ecologistas en Acción solicita que se reduzcan durante esta misma temporada, y por tanto de manera inmediata, las aportaciones de agua al regadío. Asimismo, y en el caso de que bien el próximo otoño o bien la próxima primavera, sean secos, se restrinjan sustancialmente dichas aportaciones, pues no hay que olvidar que puede estar empleándose para regar un agua que a medio plazo se pueda necesitar para consumo humano.
Fuente: ecoticias.com
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