Muchas poblaciones de aves acuáticas migratorias están en declive y la pérdida de humedales naturales es una de las causas principales de este descenso. Una investigación de la Universidad de Extremadura financiada por la Confederación Hidrográfica del Guadiana ha analizado las migraciones de este tipo de aves antes y después de la construcción de estos embalses en la zona de Vegas Altas del Guadiana.
"Unos 25.277 patos invernaban entre 1991 y 1994 en los grandes embalses del Guadiana, dato que ha aumentado hasta los 46.163 individuos durante el periodo 2007-2010, la inmensa mayoría en la zona de los cuatro nuevos embalses de tamaño mucho más pequeño que hay en la cuenca media del Guadiana. Por el contrario, los grandes embalses experimentaron reducciones globales de la población en estos dos periodos", declara a SINC Juan G. Navedo, investigador principal del estudio que publica la revista Bird Conservation International.
25.277 patos invernaban entre 1991 y 1994 en los grandes embalses del Guadiana, dato que ha aumentado hasta los 46.163 durante 2007-2010
Según el científico, el desarrollo de los arrozales –que se consideran también humedales– es la clave del estudio, ya que sin la existencia de estos cultivos cercanos lo más probable es que estas aves no experimentaran cambios tan significativos en sus patrones de distribución invernal. "Las aves únicamente descansan por el día en los embalses y los abandonan en masa al anochecer para alimentarse en los arrozales cercanos. La salida de los patos es un verdadero espectáculo", enfatiza.
Las poblaciones biogeográficas de estas especies muestran en general tendencias decrecientes. Se estima que las aves que ahora invernan en Extremadura probablemente procedan del suroeste europeo –Doñana, principalmente– y noroeste africano, donde la población de estas anátidas migratorias está en declive también en las últimas décadas.
Humedales naturales versus humedales antrópicos
En Extremadura se crearon varios grandes embalses para riego durante la década de 1960. Los depósitos relativamente pequeños fueron construidos a partir de finales de los 90 en adelante, cerca de los campos de arroz.
Para el estudio, en los primeros se diseñaron y realizaron mensualmente recorridos con embarcación, con itinerario fijo, gracias al apoyo de la Confederación Hidrográfica del Guadiana. En los embalses de mediano y pequeño tamaño, se diseñaron y realizaron conteos desde puntos donde se veía todo el humedal situados en tierra.
"En ningún caso abogamos por la construcción de nuevos embalses para la conservación de las poblaciones de anátidas migratorias"
"En ningún caso abogamos por la construcción de nuevos embalses para la conservación de las poblaciones de anátidas migratorias. Los humedales naturales, en este caso, las cabeceras de los tributarios del Guadiana –y sus áreas de inundación– son esenciales para la conservación de la biodiversidad, flora y fauna acuática, en especial algunas plantas e invertebrados, así como otras especies de aves acuáticas dependientes de hábitats palustres (de lagos o pantanos)", subraya el investigador.
El área que conforman estos cuatro ‘nuevos’ embalses, Sierra Brava, Gargáligas, Cubilar y Ruecas, junto con los arrozales asociados, albergan en promedio más del 1% de las poblaciones biogeográficas presentes en Europa Occidental de varias especies de anátidas como el cuchara europeo (Anas clypeata), el ánade rabudo (Anas acuta) o el pato más pequeño de Europa, la cerceta común (Anas crecca).
"Según el criterio numérico establecido en el Convenio de Ramsar y adoptado en la Directiva Aves de la UE para designar un Humedal de Importancia Internacional (albergar de forma regular, al menos, el 1% de una población biogeográfica diferenciada), los cuatro embalses y los arrozales asociados deberían convertirse en una nueva Zona de Especial Conservación para las Aves (ZEPA), denominada Vegas Altas del Guadiana", concluyen.
Fuente: boletinagrario
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