Despacio, pero sin pausa, a lo largo de una década el ganado vacuno de razas cárnicas se ha ido implantando en Cantabria de tal manera que hoy día supera con creces la raza frisona, es decir, al de vacas de leche. Los datos no engañan, según recoge el anuario de 2008, de la Consejería de Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural del Gobierno de Cantabria.
Los datos revelan que en 1995 había en la región un total de de 60.765 vacas de carne, y de leche 124.600, casi 64.000 más de leche. Trece años después, 2008, se cambiaron las tornas de forma notoria, el censo de vacas de carne se situó en 143.769 reses de carne contra 127.214 de leche. Hasta el año 2006, y anteriores la raza frisona fue mayoría en Cantabria, la caída se produjo a partir de entonces. En estos momentos el censo total de ganado bovino en -Cantabria asciende a 273.000 cabezas repartidas así: de razas de aptitud cárnica 153.000 y de leche 119.000. La diferencia es notable, 34.000 cabezas a favor de las razas de carne.
Asociaciones
Como consecuencia del incremento de reses surgieron las asociaciones de este tipo de ganado de abasto: Tudanca, monchina, roja pasiega, las tres autóctonas de Cantabria; asturiana de los valles y de la montaña pirenaica, parda alpina, limusina, charolesa y blonda aquitanea, pertenecientes a la Federación de Criadores de Razas Cárnicas de Cantabria. Recordar que empezó pujante la raza limusina en la región, la de mayor censo tras la frisona, y en esa linea sigue. En la región cántabra se han introducido de forma notoria también las asturianas de los valles y de la montaña, razas autóctonas del Principado.
Las exposiciones de estas razas de carne que se celebran todos los años en el Mercado Nacional de Torrelavega, son fiel exponente de la evolución y mejora y calidad genética de las mismas, manejadas por profesionales que presentan las mejores reses de sus rebaños. Puede considerarse la exposición conjunta de estas razas en Torrelavega, como la mejor del Norte de España. Los pasos dados en los últimos años son muy sólidos. Las asociaciones son fundamentales, las cuales cuentan con ayudas y subvenciones del Gobierno de Cantabria. Así como las que reciben individualmente, los ganaderos en concepto de cupos llamados también derechos de vacas nodrizas y razas autóctonas entre otras ayudas, procedente todo del Ministerio de Agricultura, la Unión Europea y las comunidades autónomas. Todo ello permite de alguna manera la viabilidad del sector, dentro de la crisis.
En las zonas altas de la región que no pueden producir leche por carencia de infraestructura suficiente, ni cuota láctea en muchos casos, un corsé que lo impide, los ganaderos han optado por manejar razas cárnicas. Ha sido una alternativa. Si las montañas y pastos altos se quedaran vacíos de ganado y ganaderos adiós el paisaje, sería un drama regional.
El desarrollo rural moderno pasa por utilización del medio natural y nadie. Quien lo utiliza con sentido común, caso de los ganaderos de extensivo son en eso unos maestros.
Fuente: diariomontañes
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