El notable incremento de las materias primas y los cereales están ahogando a los ganaderos de la provincia ya que, con la economía actual, son muchos los que no pueden asumir los sobrecostes de unos productos que han llegado a doblar su precio habitual. Y es que, tal y como explicaba el secretario provincial de la Unió de Llauradors i Ramaders, Vicent Goterris, «en casos como la soja o el girasol el incremento ha sido casi del cien por cien, duplicando su precio en apenas un año».
Una situación que está perjudicando gravemente al sector pues, como detallaba Goterris, «el 80 por ciento de los costes de una explotación ganadera se dedican a la alimentación de los animales, lo que hace que el incremento de los precios haya colocado en un punto muy difícil a muchos productores», que llevan en modo de supervivencia desde hace varios años.
A ello se suma el hecho de que las escasas lluvias de los últimos meses y los incendios han acabado con muchas de las zonas de pasto de la provincia, añadiendo una nueva dificultad a los empresarios dedicados a la ganadería extensiva, obligados a comprar pienso -a pesar de su elevado precio- cuando antes podía sustituir gran parte de este coste sacando a pastar las cabezas de ganado.
Y eso que en el último año el precio de los productos cárnicos que salían de las granjas castellonenses ha ido también al alza, tal y como señala el representante de los ganaderos. «Por culpa de la crisis en los últimos dos años son muchos los productores que han tenido que cerrar sus explotaciones porque ya no podían mantenerlas, por lo que la producción ha caído en picado mientras la demanda se mantenía, así que el precio ha subido bastante», manifestaba.
De todos modos, ese incremento «no logra compensar la subida del precio de las materias primas y los cereales y muchos productores han tenido que adelantar el poco dinero que tenían ahorrado y eso, además, ha creado un problema de liquidez muy grave», alegaba Goterris. Más, con las dificultades para obtener financiación desde el estallido de la crisis económica y la debacle de los bancos.
De hecho, desde la Unió de Llauradors y Ramaders aseguran que la valoración del pienso se ha duplicado «por culpa de la especulación y porque mucho capital que estaba antes invertido en la burbuja inmobiliaria ha pasado a los alimentos», y advertían que «lo grave es que también la alimentación humana se ha visto afectada por estas prácticas», siendo el responsable directo al mercado de futuros de Chicago (EEUU) que marca el precio mundial de los cereales.
Por ello, desde la Unió han solicitado la aplicación de varias medidas a la Conselleria de Medio Ambiente, dirigida por Isabel Bonig, como la aplicación de un IVA reducido para los piensos e hidrocarburos, la condonación de las cuotas a la Seguridad Social de los ganaderos o líneas de préstamos bonificados -a fin de conseguir la liquidez perdida por tener que adelantar los gastos de alimentación-. Medidas todas que, según recordó Goterris, «se han puesto en marcha en situaciones similares».
Además, han pedido también la mediación del Gobierno para exigir a la Unión Europea la eliminación de mercados de futuros, como el de Chicago, para acabar con la especulación en los productos alimentarios, atendiendo a su consideración como bienes de primera necesidad en todos los ámbitos.
Fuente: lasprovincias.es
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