Los expertos creen que el sector asturiano presenta «altos niveles de productividad y eficiencia»
168 empresas de un total de 830 cerraron desde 2008. La rama láctea sólo perdió cuatro
A finales de 2007 la industria agroalimentaria asturiana marchaba viento en popa. Enganchada al banderín de la calidad y de la excelencia de sus buenas materias primas, el sector daba pasos firmes para mantenerse en lo más alto de la economía del Principado y se mostraba muy competitivo y eficiente a nivel nacional. Entonces llegó la crisis y el chirrido del frenazo se oyó en todos los rincones empresariales, desde las grandes corporaciones alimentarias a las pequeñas compañías o los autónomos, artesanos y ganaderos. El zafarrancho de combate no provocó daños irreparables en la industria agroalimentaria asturiana, pero el retroceso de la demanda y la retracción del consumo paralizaron todas las expectativas del sector y pusieron a las empresas a la defensiva y a la espera de que el temporal amaine.
Antes de la crisis, la alimentación daba ocupación a más de nueve mil trabajadores y a finales de 2011 el número de ocupados descendió hasta los 7.673, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). La crisis se llevó por delante en este periodo a un total de 1.357 puestos de trabajo en un sector que supone el 16% de todo el empleo industrial de la región. Las grandes compañías como Corporación Alimentaria Peñasanta (Capsa) o Reny Picot resistieron bien, aunque con importantes reducciones de ventas, pero en este periodo un total de 168 empresas, la mayor parte pequeñas, tuvieron que echar el cierre. Según datos del Directorio Central de Empresas, en 2008 el sector de la agroalimentación contaba en Asturias con 830 instalaciones productivas y a finales de 2012 el número se redujo hasta las 662.
Que los daños por la crisis no fueron tan devastadores en este sector como los producidos en el resto de la industria del Principado lo demuestra el hecho de que la rama láctea, la más importante, apenas sufrió bajas empresariales. En 2008 había 114 compañías y en 2012 solo se redujeron en cuatro unidades, hasta las 110. Incluso, se dio la circunstancia de que el colectivo de autónomos del sector lácteo experimentó un crecimiento al pasar de 59 miembros en 2008 a 61 en 2012.
El peso de este sector en el PIB regional también se mantuvo durante la crisis y solo bajó puntualmente en el año 2009. Al inicio de la contracción económica se situaba en el 2,2% del PIB regional, el mismo porcentaje que tiene en la actualidad.
Los datos globales del sector industrial del Principado son mucho más abrumadores. Durante la crisis se perdieron 15.800 empleos y un total de 504 empresas se vieron obligadas a cerrar.
De todas las ventas producidas en la industria del Principado durante el último año, el 16,7% correspondieron al sector agroalimentario. La rama láctea, con 1.552 empleos supone el 60% de la facturación del sector. Le siguen las empresas cárnicas, con 1.140 empleos y el 7,7% de la facturación y las de sidra con 343 empleos y el 4,4% de las ventas.
Grandes empresas como Nestlé sufrieron la crisis y optaron por despidos, pero otras como Capsa mantuvieron el tipo y Cafento experimentó un importante crecimiento en este periodo. La rama de elaboración de bebidas se mantuvo. La de productos cárnicos, sin embargo, sufrió cierres de empresas históricas, como Famila. Esta rama tenía 120 empresas al inicio de la crisis y trece se quedaron en el camino. Las industrias conserveras se mantuvieron bien y pasaron de 24 a 22 en este periodo y las de conservación de frutas y hortalizas prácticamente mantuvieron en el mismo número de compañías. Un total de cinco empresas echaron el candado en la rama de las bebidas, en la que al inicio de la crisis en la región había 121 compañías.
La cifra de negocio de las empresas agroalimentarias sí señala variaciones importantes por el frenazo del consumo. Entre 2008 y 2009 descendió un 17,5% entre 2009 y 2010 subió un 5,8% pero entre 2010 y 2011 volvió a bajar, esta vez en un 11,6%. Los ingresos por explotación sufrieron un descenso importante en el primer año de la crisis, del 10,6%, pero entre 2009 y 2010 se recuperan, con un crecimiento del 5,8% lo que llegó hasta el 12% entre 2010 y 2011.
Mantener en buena posición a la industria agroalimentaria es muy importante para sostener el empleo pero lo es también por el papel que esta industria juega en el campo asturiano y en el sector primario. La secretaria general de COAG, Mercedes Cruzado, destacó esta circunstancia, pero también lanzó un SOS sobre la continuidad de las explotaciones ganaderas. Según Cruzado, «nos queda cada vez menos oxígeno porque los precios de los forrajes crecen mientras que los de nuestros productos bajan y así no podemos seguir». Entre explotaciones de leche y carne, en este momento hay en Asturias 16.000 ganaderías, de las que 2.500 son de leche. Datos de COAG señalan que en 2012 un total de 160 explotaciones se vieron obligadas a cerrar sus puertas.
fuente: elcomercio.es
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