La Asociación de Jóvenes Agricultores de la provincia de Almería analizaba ayer, ante los medios de comunicación, el inicio de una nueva campaña hortofrutícola, que, como cada año, llega repleta de incertidumbres, tales como los precios a los que se venderán los productos a lo largo del año agrícola. Pero también, comienza con cifras reales de lo que va a asumir el agricultor en el cultivo de las frutas y hortalizas. En este caso, Francisco Vargas, presidente de Asaja-Almería, desglosó sólo el 40% del gasto total que asume el productor en una campaña. Siendo la referencia menos de la mitad de los costes totales, Vargas aseguró que «esta campaña se inicia con un aumento de 5.000 euros por hectárea, lo que supone que al productor le va a costar un 15% cultivar, de media, que en la pasada campaña». Así, y mirando ya al final de la misma, Vargas comentó que «veremos el próximo verano si finalmente se corrige este incremento o no, ya que el año pasado comprobamos que la subida de costes del inicio de la campaña se corrigió en los meses que transcurre, principalmente, por la mayor utilización en los invernaderos de mano de obra familiar».
El coste de la electricidad que se utiliza en el proceso de producción bajo plástico, apuntó el responsable de Asaja Almería, «ha subido un 10%, ya que al 7% que ha aumentado en el último año hay que sumarle el incremento del 3% del Impuesto sobre el Valor Añadido». A colación, Francisco Vargas, apostilló que «no podemos olvidar en ningún momento que este gasto se multiplica en las comercializadoras, en el proceso de manipulado de las frutas y hortalizas». En estos últimos diez años «el gasto en electricidad ha subido un 86%», matizó Vargas. En la misma proporción sube el precio del agua. «Los productores asumiremos un 10% más de gasto en el agua utilizada para el riego».
Las semillas suponen una parte importante del gasto que acarrea el inicio de la campaña. Al respecto, desde Asaja avanzaron que «ha subido el precio de cada semilla en 3 céntimos de euro». Este hecho conlleva que « en explotaciones en las que se necesitan menos semillas el aumento del coste por hectárea se ha situado en 180 euros. Se trata de fincas en las que se cultiva calabacín o berenjena, por ejemplo. En aquellas en las que se planta pimiento, tomate, o pepino tipo Almería, el incremento del coste asciende a 360 euros», detalló Francisco Vargas.
La subida del precio del carburante también la incluyó el presidente de la patronal en los gastos contabilizados para determinar el aumento medio que afronta el productor por cada hectárea en cultivo. Así, Vargas señaló que «respecto al año pasado el litro de gasoil ha aumentado en 0,30 euros, más el correspondiente aumento del IVA».
El presidente de la patronal recordó que la campaña pasada, a excepción de productos como melón o sandía, «resultó aceptable», a pesar de que se registrara un descenso superior al 3% en la facturación. Sin embargo, el contador se vuelvo a poner a cero. «Empezamos como todos los años en una situación compleja, más si cabe en estos momentos en los que la crisis se hace más acusada» comentó Francisco Vargas. Las entidades financieras, según observan desde la organización agrarias, dificultan cada vez más el acceso al crédito para los agricultores. Al respecto, Vargas explicó que «las entidades financieras aseguran que no le cierran las puertas al campo pero, dependiendo del cliente, hay un tratamiento u otro». Y es que, continuó el presidente de Asaja Almería, «para aquellos que se encuentran en una situación desahogada, lo cierto es que la entidad financiera se vuelca en él, y le ofrece todos los servicios, precisamente en aquellos que no necesitan dinero. En cambio, si se da el caso de agricultores que van pagando con ciertas dificultades, ya cambia el asunto. A estos productores le ponen más trabas a la hora de facilitarles un crédito», asegura Vargas.
Incentivos
La organización agraria ha lamentado la falta de incentivos que ofrece la Administración Pública a los productores agrarios. En este sentido, Vargas recordó la eliminación, para el presente ejercicio, de ayudas que ponía la junta de Andalucía a disposición del sector, tales como las ayudas a la modernización de explotaciones agrarias, apoyo al cese anticipado y a la incorporación de jóvenes agricultores, así como la paralización de la subvención a la contratación de las pólizas de seguro agrario. En relación a este asunto, el presidente de la patronal aludió a los pagos atrasados de expedientes aprobados, retrasos, «que están sumiendo en un auténtico problema a profesionales que han tenido que realizar una inversión previa condicionada a la recepción de la subvención». Para Vargas, «el campo debe recibir lo que verdaderamente aporta al conjunto de la economía, y en Andalucía la agricultura y la ganadería son dos de los grandes pilares que la sostienen».
Asaja defiende la limpieza del campo, pero entiende que se deben resolver cuestiones de peso para que el productor cumpla la norma.
Fuente: ideal.es
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