Mucho han cambiado las cosas desde que Extremadura elaboraba sobre todo vino blanco de poca calidad dedicado a la destilación. Poco a poco en la región se están haciendo caldos de excelente calidad que van alcanzando una buena posición en el panorama nacional. De hecho, Extremadura es la segunda región productora y exportadora de vino, solo por detrás de Castilla-La Mancha.
Igualmente, la región ya está teniendo profesionales bien formados dedicados en cuerpo y alma a este sector emergente. Se trata de los enólogos. Según la definición de la RAE, la enología «es el conjunto de conocimientos relativos a la elaboración de los vinos».
A mucha gente, la imagen de un enólogo remite a una persona que está catando caldos de manera continuada. Sin embargo, la realidad va mucho más allá. Pedro Miguel González es el delegado del último curso de Enología en la UEx. Es de Almendralejo y accedió al segundo ciclo por haber estudiado Biología previamente. Explica que el año pasado se vendió todo el vino que había en las bodegas, lo cual es muy buena señal, porque significa que cada vez más gente se está adentrando en la cultura vinícola. Aclara que la labor de un enólogo abarca un abanico de posibilidades muy amplio.
En la facultad les forman para comenzar con la viticultura desde los orígenes. Saber qué tipo de uva es la mejor, qué poda le vas a aplicar, qué tipo de botella escogerás. Incluso hasta el tapón es importante. Por supuesto, aprenden un poco de marketing para vender su producto una vez terminado. También es importante que la cosecha no varíe de un año para otro. Es decir, que un vino no puede estar muy bueno un año y algo peor al siguiente. «Es una carrera multidisciplinar». Estos estudiantes pasan gran parte de su tiempo en la bodega experimental José Luis Mesías, en la facultad de Ciencias.
El título universitario se creó en España principalmente para homologar una profesión ya de por sí relevante en el país. Ser licenciado en Enología es posible en España desde 1996. Para ello, era necesario tener una formación científica adquirida con anterioridad, como por ejemplo siendo ingeniero agrícola, biólogo, químico o farmacéutico. Es decir, era lo que se llamaba una licenciatura de segundo ciclo.
En la Universidad de Extremadura se enseña esta disciplina desde el curso 1999/2000. Por tanto ya han pasado más de diez años desde que nació la titulación. A partir del ejercicio 2010/2011 comenzó la andadura del Grado en Enología, que consta de cuatro cursos. Ya no es necesario venir de otra carrera, aunque es posible hacerlo gracias a un sistema de convalidación de créditos.
La Universidad de Extremadura ya ha instruido a más de cien alumnos, la mayoría provenientes de la propia comunidad autónoma, aunque también es cierto que hay un número cada vez más elevado de estudiantes que se matriculan en busca de unos estudios más que consolidados, ya que se llevan a cabo en una de las principales regiones donde el vino es un sector pujante.
Extremadura cuenta con una denominación de origen desde el año 1986. Actualmente, las principales exportaciones tienen como destino Portugal, Italia, Rusia y China, según datos elaborador por Ctaex (Centro Tecnológico Agroalimentario de Extremadura). La región dedica al cultivo de la vid cerca de 85.000 hectáreas, que son transformadas en 258 bodegas.
Por tanto, Enología es un grado con futuro. La mayoría de los licenciados tienen un empleo relacionado con la profesión. El 91 por ciento están ya trabajando y el 47 por ciento lo hace con un contrato fijo. Por eso, los actuales estudiantes de quinto tienen expectativas y muchas ganas de salir al mercado y aportar ideas nuevas. Como Teresa Rabazo, que no puede evitar sonreír cada vez que habla de la ciencia de la enología. Ella también accedió por Biología. Cuenta que la carrera no defrauda en absoluto, aunque te debe gustar mucho. «A medida que empiezas, le vas cogiendo el gustillo pero es necesario tener vocación para poderle imprimir personalidad a tu producto».
Cuando Teresa está con los amigos o familiares, todos le preguntan cómo es el vino y le piden consejo. Aunque no lo reconoce, seguramente sea la protagonista por sus conocimientos, de las reuniones en las que hay algún que otro caldo. Entre sus aspiraciones profesionales está la de potenciar las variedades autóctonas y crear turismo enológico. «El boca a boca es muy importante para dar a conocer un vino». Quizás muy pronto sea posible probar uno realizado de principio a fin por ellos y con su alma dentro.
Fuente: hoy.es
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