AGRO 2.0 ESPAÑA De paseo en burro por Los Arribes

Las burras de pura sangre de la raza autóctona zamorano-leonesa» volvieron ayer a ser las grandes protagonistas en el mágico entorno de los Arribes del Duero, donde durante siglos han sido las principales aliadas de los campesinos para el desarrollo de las actividades agrícolas y ganaderas tienen como única alternativa la tracción animal a causa de la orografía del terreno marcado por las barrancas.

El paseo en burro camino de los arribanzos congregó a numerosos foráneos que disfrutaron a lo grande con la mansedumbre de los asnos. Como ya es habitual cada año, los niños y niñas, muy en particular los procedentes de las ciudades, que en muchos casos ni siquiera han visto de cerca un ejemplar, pudieron incluso montarlos, siempre bajo el cuidado y la atenta mirada de los propios ganaderos de Villalcampo. Ellos fueron los que cedieron sus preciadas burras para una jornada que volvía a dejar en evidencia la importancia de la raza zamorano-leonesa a lo largo de la historia para el mundo rural, ya fuera como animal de trabajo pero a la vez como montura y principal medio de transporte para llevar el grano al molino y volver con la blanca harina o para asistir a las ferias y romerías toda la familia.

Si llamativo fue el paseo, igual o aún más la demostración de labranza al estilo tradicional, antiguos labriegos cultivando la tierra de sus viñedos con la pareja de burras y el tradicional arado romano de uso tradicional, también con las parejas de vacas, hasta los años ochenta, en toda la comarca de Aliste. Actualmente si acaso pervive para el labrado de las huertas y cortinas.

La prestigiosa iniciativa campestre y comunitaria, acompañada por un espléndido día de primavera, estuvo promovida por el Ayuntamiento de Villalcampo, que preside el alcalde José Calvo Alonso, con la colaboración de la Asociación Nacional de Criadores de la raza Zamorano-Leonesa (Aszal) y la Fundación Científica «Caja Rural». Villalcampo, con mucha diferencia, es el pueblo de España que mantiene un mayor número de cabezas de zamorano-leonesa, alrededor de sesenta.

Aún así el envejecimiento de la población le está pasando factura como al resto de pueblos: en muchos ya no queda ni un solo ejemplar. Los participantes destacaron la importancia de este tipo de eventos para fomentar los valores de las burras de pura sangre.

Fuente: laopiniondezamora.es