La Fundación Carlos de Amberes, dirigida por el periodista Miguel Ángel Aguilar, organiza anualmente los Encuentros Europeos, donde diversos expertos analizan la situación de la Unión y su futuro. ¡Cómo no!, este año analizamos el presupuesto comunitario y el debate entre aquellos que contribuyen al presupuesto más o menos de lo que del presupuesto reciben.
La primera sorpresa es que España va a cambiar el signo de su saldo. Históricamente recibíamos de la Unión mucho más de lo que contribuíamos. Hasta ahora, 2007-2014, nuestro saldo a favor es de casi 5.000 millones de euros, y en el próximo período 2014-2020, el saldo cambiará a negativo en otros 5.000 millones. En total, una variación de 10.000 millones en siete años.
¿Extraño? No, lógico. La integración europea es una historia de solidaridad. En 1986, año de nuestra entrada en la CEE, nuestra renta media no llegaba ni al 70% de la europea. Después de recibir cuantiosas ayudas en fondos estructurales y en agricultura, nuestra convergencia alcanzó la media europea muy por encima de los nuevos países del Este, escasamente desarrollados. Es natural que las ayudas vayan ahora para ellos. Pura solidaridad.
España es la quinta contribuyente al presupuesto de la Unión, después de Alemania, Francia, el Reino Unido e Italia. Aportamos un 8%, aunque la contribución per cápita española es mayor que la de estos países, debido a que nuestra población es desgraciadamente escasa.
El esfuerzo negociador del Gobierno Rajoy en los próximos meses se centrará en demostrar que aquellos países más golpeados por la crisis económica, como España, deben tener reconocimiento por parte del resto. El fondo para el desempleo juvenil, una mayor partida agrícola, un tratamiento especial a nuestras regiones..., hay muchas maneras de que la Unión Europea asuma la especial situación española y el esfuerzo que hacemos en términos de empleo para sanear las cuentas públicas y recuperar la confianza financiera perdida.
Además, a España no le conviene una Europa reducida. Cuanto más crezca el conjunto (y a eso ayuda un presupuesto europeo fuerte) más creceremos nosotros. La apuesta de Rajoy debe ser más Europa, nunca menos. También ayudaría mucho el consenso parlamentario con el Partido Socialista para los temas europeos. En tiempos difíciles contar con el apoyo del 80% del Congreso de los Diputados haría nuestra posición negociadora mucho más fuerte. ¿Habrá responsabilidad? Confío en que sí.
Fuente: lne.es
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