El año agrícola no sigue las mismas directrices cronológicas que el año natural, y desde hace siglos, concluye a finales de agosto, cuando la cosecha ya está recogida. Al margen de las valoraciones de las organizaciones agrarias sobre los resultados finales de la cosecha, el aficionado a la meteorología Mariano Bustillo ha divulgado ya sus primeras conclusiones.
La falta de agua que caracterizó el inicio de la temporada en el mes de abril ha sido también la tónica general al concluirlo. Los pantanos se encontraban en niveles mínimos tras un invierno sin lluvias ni nieves, y apenas sirvieron para recuperarse mínimamente con el agua que cayó durante el mes de mayo. Además, la temporada de riego, que habitualmente se prolonga al menos hasta mediados de septiembre, tuvo que suspenderse a comienzos del mes tanto en el sistema Pisuerga como en el Carrión ante la falta de agua embalsada. Por todo ello, no sorprende que Mariano Bustillo asegure que el año agrícola ha sido uno de los cuatro más secos en los últimos cincuenta años.
Esta conclusión figura junto al balance meteorológico del mes de agosto, que ha dado a conocer esta semana, y que incide en que ha sido un mes algo más caluroso de lo habitual y, sobre todo, muy seco, con precipitaciones escasas que solo han dejado 0,8 litros. La temperatura máxima del mes, de 37,5 grados, se registró el día 10, mientras que la mínima, de 9,8, figura en la estadística del día 6. Para concluir, Bustillo propone como siempre un refrán: «El sol de agosto, endulza el mosto».
Fuente: elnortedecastilla
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