Ángel Díaz, responsable estatal del sector apícola de COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos) señala que la entrada de este tipo de productos provoca una presión a la baja de los precios en el mercado interno y pone en riesgo la rentabilidad de nuestras explotaciones apícolas. Además la imagen de la miel española se está deteriorando por las actuaciones de algunos operadores sin escrúpulos. Cada vez son más abundantes en el mercado español los productos sucedáneos de la miel etiquetada de manera engañosa para el consumidor.
Según Díaz, para evitar esta competencia desleal, las autoridades competentes deben garantizar a los consumidores que la miel que entra en la Unión Europea cumple todos los requisitos sanitarios (ausencia de residuos de antibióticos y sustancias prohibidas) y de calidad (adulteraciones con jarabes azucarados) vigentes en la UE. Díaz agrega que se debe realizar una especial vigilancia en las mieles procedentes de países como Uruguay, Turquía y Vietnam, entre otros, que se han consolidado como principales mercados de exportación de miel y que puedan estar sirviendo de intermediarios para introducir aquellas partidas que por problemas sanitarios no pudieran acceder a la Unión Europea desde su país de origen, como es el caso de China.
Desde COAG valoraron positivamente la decisión de la Comisión Europea de prohibir el uso de tres plaguicidas neonicotinoides. Quince países, entre ellos España, respaldaron la propuesta, que tiene su origen en tres informes de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), en el que se relaciona el uso de los insecticidas con la alta mortandad de las abejas. También consideran fundamental que la UE y el gobierno español trabajen en la búsqueda de alternativas al uso de estos productos.
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