AGRO 2.0 ESPAÑA Atraer población, el gran reto

Cuando la agricultura y la ganadería no son suficientes para mantener vivos los territorios rurales se impone buscar nuevas fórmulas que logren mantener la población en los territorios y atraer a nuevos habitantes. Esa ha sido en los últimos años la filosofía base de la política de desarrollo rural en Asturias y a tenor de los datos -con la intensificación del cierre de explotaciones- tendrá que reforzarse aún más en los próximos años.

El desarrollo rural se ha articulado a través de los planes «Leader» que a pesar de sus puntos débiles han conseguido dotar al campo de nuevas infraestructuras. Los equipamientos, junto con la generación de actividad, son básicos en los pueblos, de lo contrario el campo morirá y con él una forma de vida, una cultura y un paisaje.

Lo que tienen claros expertos como Jaime Izquierdo parece tomar cuerpo en el propio Gobierno de España. El ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, expresaba esta misma semana su temor a la desaparición del sector lácteo, por la brutal crisis de precios que se arrastra desde hace más de un año. Si falta el sector que hasta ahora ha estado considerado el monocultivo de las aldeas asturianas, el futuro de los territorios rurales será mucho más inquietante.

Durante la primera década del siglo XXI la región ha ganado 7.774 habitantes. El incremento demográfico contrasta con la evolución del territorio rural, donde el declive se acusa por la caída de la natalidad, el envejecimiento de los residentes y, en último término, la emigración hacia las áreas metropolitanas del centro de la región.

Durante los últimos 10 años el medio rural asturiano ha perdido, con diferencias entre unas comarcas y otras, más de un 7,6% de sus efectivos demográficos, pasando de 302.106 habitantes en 2000 a 279.058 en 2010, según un informe realizado por la Red Asturiana de Desarrollo Rural (READER). 17 de los 78 concejos asturianos -más de un tercio de la superficie- tienen menos de diez habitantes por kilómetro cuadrado. Además, 25 concejos ubicados en el medio rural han perdido más del 15% de su población en los últimos diez años.

Los datos evidencian que o se actúa con rapidez y rigor o la desertización del espacio rural asturiano será una realidad a corto plazo. Mientras que en el centro de Asturias 11 de los 78 concejos asturianos concentran las tres cuartas partes de la población de la región, el mundo rural, que ocupa el 88 por ciento del territorio asturiano, cuenta con tan sólo un 26% de los habitantes.

Los desequilibrios demográficos también generan una serie de problemáticas en la estructura por sexo y edad de la población. La mayor parte de los concejos rurales pueden ser calificados de envejecidos, pues en ellos los ancianos representan más de la mitad de los jóvenes y en los más desfavorecidos incluso se supera esta proporción. Envejecimiento y masculinización rural en las cohortes de población activa son factores que dificultan la sostenibilidad social de los espacios rurales. Según datos extraídos del Nomenclátor de Entidades de Población en Asturias, en el año 2010 la región contaba con 672 entidades de población abandonadas, de los cuales 408 son rurales.

El fenómeno se agudizó a partir de los años 80 del siglo XX. Darle respuesta es la clave para que las próximas generaciones puedan seguir disfrutando del paraíso natural asturiano.

Fuente: lne.es