La plantación de fresas de la variedad Portola, realizada en abril en unos 1.200 metros cuadrados en una finca de Corao (Cangas de Onís) en España, está dando frutos.
Según cuentan, la calidad es «excelente» y el sabor «insuperable». Esto se consigue con mucha convicción y buscando que el cliente final esté contento con el producto local. La realidad salta a la vista, ya que el huerto ecológico está repleto del color de las fresas, que destacan entre tanto verde de alrededor. Lo más importante y de lo que más orgullosos se sienten es que lo recogen un día y al siguiente, el cliente ya lo tiene en la tienda, sin pasar por ningún tipo de cámara frigorífica. Pero también tenían claro desde un principio que el producto debía ser «de Asturias y para Asturias».
De junio a noviembre, todas las semanas se recogen unos 300 kilogramos de fresas por jornada en los días de recogida -lunes y jueves-, así que todos los martes y viernes el cliente puede tener en su mesa un producto fresquísimo y de primera calidad.
La temporada de fresas no es larga en la zona, pero el clima suave de los veranos y los otoños en Asturias hace que sea un producto idóneo para tener en las mesas de forma sostenible con el medio ambiente.
Fuente: lne
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