Tras el inicio hace tres semanas del arranque de la campaña de patata en Castilla y León las organizaciones agrarias ya han comenzado a hacer las primeras conclusiones sobre la calidad del producto de la Comunidad. Dos de los centros más importantes de recepción de patata de nuestra región y de España, situados en Valladolid están ya a pleno rendimiento recibiendo camiones.
En concreto son la Cooperativa Indycons, situada en Tordesillas, donde se reciben las patatas destinadas a la industria del frito más importante del mundo, Frito Lay, la antigua Matutano y Campo de Peñafiel que en poco tiempo se ha convertido en un referente en patata de consumo tras la reconversión tecnológica de sus agricultores por la pérdida de rentabilidad de la remolacha.
Asaja asegura que los primeros controles han arrojado “muy buenas noticias, la calidad de las patatas producidas por nuestros agricultores tanto para industria como consumo presenta unas cualidades excepcionales tanto en sanidad como en calidad culinaria”. “La inversiones realizadas en formación, control de la patata, sistemas de recepción y los últimos avances tecnológicos en almacenamiento y conservación nos han dado el salto de calidad que esperábamos y del que se van a beneficiar el consumidor” explica Lino Rodríguez, presidente de Asaja Valladolid.
Los agricultores de la zona de Tordesillas y Peñafiel, profesionales especializados en el cultivo de la patata, invirtieron casi 5 millones de euros el año pasado “a pesar de ser un año muy malo en precios convencidos del futuro de este cultivo, ahora esta inversión da sus frutos”. “Se han invertidos en las mejores máquinas para sacar patatas, en la última tecnología de almacenamiento y en la tecnología más innovadora de frío, lo que va a permitir proporcionar al mercado de manera escalonada una patata de calidad de forma continuada durante mucho más tiempo”, aclara Rodríguez.
Ofertas gancho con una patata muy en inferior en calidad y sabor
ASAJA Valladolid alerta al consumidor para que desconfíe de las “ofertas gancho” de los supermercados que están ofreciendo patata del año pasado de origen francés que no cumple unas mínimas condiciones culinarias. “Son ofertas engañosas porque se vende patata vieja de Francia que no tiene sabor y que se detecta cuando vamos a consumirlas y es imposible ni freírlas ni cocerlas”, denuncia el presidente de esta organización agraria.
Fuente: noticias castilla y leon
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