La organización agraria Asaja prevé que la campaña citrícola 2012-2013 sufra una merma en la producción del 20% respecto al año anterior, aunque en las variedades tardías se puede llegar a registrar una pérdida en la cosecha de hasta un 50%. La pasada campaña finalizó en la Vega alcanzando una producción de 200.000 toneladas.
Nicolás González, presidente de la sectorial de Frutas y Hortalizas de Asaja-Córdoba, explica esta previsión y argumenta que el árbol sufre un trastorno vegetativo ya que ha padecido cierta asfixia raticular tras dos inundaciones, heladas, las altas y prolongadas temperaturas de este verano y la sequía. Precisa que la lluvia prevista para esta semana, en torno a 30 litros, va a aliviar el estado de la producción, lo que "será beneficioso para la arboleda, cítricos y olivar, limpiará la hoja y ayudará al árbol, que se ha esforzado en conseguir agua del suelo". Sin embargo, afirma que lo ideal sería que cayeran unos 80 libros de agua para conseguir que la campaña comience en la segunda quincena de octubre con garantías en la calidad del fruto.
MADURACION En este sentido, González aboga por no poner naranja en el mercado hasta conseguir su estado óptimo de maduración, e insiste al decir que "no podemos arriesgarnos a sufrir el efecto rebote, no se puede intoxicar mercados con naranja que no está en condiciones porque el mercado la rechaza, el consumidor no quiere naranja artificialmente coloreada".
En cuanto a los precios, el responsable de la sectorial de Frutas y Hortalizas de Asaja-Córdoba señala que ya existe presión de grandes cadenas en Europa para intentar poner un precio bajo al coste de producción. González defiende que el citricultor tiene que recibir al menos entre 20 o 21 céntimos por kilo de naranja en el árbol, ya que ese es el precio de coste de producción. Afirma que, tras años de mala rentabilidad, el agricultor no está en condiciones de soportar otra campaña de bajos precios --en la anterior campaña se llegó a liquidar a 8 y 11 céntimos-- y pide un esfuerzo al resto del sector. En esta línea, apuesta por reducir costes en operadores y comercializadoras planteando reducir las líneas de confección al mínimo. Pone como ejemplo la supresión de la cadena de encerado si no es necesario para la protección del fruto.
Por otro lado, destaca la necesidad que tiene el agricultor de recibir su liquidación sin retraso: "Hay que agilizar el cobro, la liquidación de las comercializadoras no puede llegar 6 meses después", insiste.
Por último, otra de las amenazas de las que advierte Asaja es la competencia con países terceros. El presidente de la sectorial cordobesa resalta que "el salario es diez veces menor que el nuestro y no están sometidos a las mismas exigencias de calidad fitosanitarias". Finalmente, subraya que con el inicio de la recolección la población activa agraria es de 1.500 personas en el campo y más de 400 en los almacenes.
Fuente: Diariocordoba.com
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