Jesús Guillén se dedica a la agricultura junto a su hermano tras 6 años en la construcción.
En tan solo una año, en Aragón han aumentado las solicitudes de ayudas para la incorporación de jóvenes agricultores en un 74%.
Mientras que en 2011 se recibieron 337 solicitudes (149 en Huesca, 140 en Zaragoza y 48 en Teruel) en 2012 han sido 588 los jóvenes que han pedido estas ayudas, 251 más que el año anterior. Concretamente 241 en Huesca, 238 en Zaragoza y 109 en Teruel.
Para Gerardo Torralba, técnico de la Asociación de Jóvenes Agricultores de Aragón en Huesca (ASAJA), este repunte de las solicitudes está asociado a la situación económica: "Antes era más elevado el porcentaje de jóvenes que, viniendo de una familia de agricultores, buscaba una alternativa fuera del campo. Chavales que probaron en el sector de la construcción pero que tal como está la cosa ahora intentan seguir con la tradición familiar".
De la construcción al campo
Jesús Guillén de 32 años, es un claro ejemplo de este fenómeno. Procedente de familia de agricultores, él decidió ir a Zaragoza a estudiar una fp y después estuvo seis años trabajando en el sector de la construcción: "Como éramos cuatro hermanos no había trabajo para todos en el campo. Me compré un camión hormigonera y estuve trabajando durante la época de la Expo, Plaza… Peo luego un día, de la noche a la mañana, se acabó el trabajo", cuenta este joven que hace ya dos años que volvió al campo con su padre y su hermano.
Jesús fue uno de los afortunados que recibió en su momento la ayuda de incorporación de 35.000 euros: "Eso me permitió comprar tierra, en mi caso almendros", especifica. Desde entonces su vida ha cambiado y, aunque asegura que es un trabajo muy sacrificado, "hay momentos en las que debes trabajar 13 o 14 horas y en época de recolección no existen los fines de semana", reconoce que se siente más seguro ahora: "Con el camión dependía de terceros y aunque ahora los ingresos son muy variables porque los precios sufren altibajos, tengo algo seguro que es mío".
Ángel Forcada, de 25 años, es uno de los jóvenes que han solicitado las ayudas este año y todavía está a la espera de conocer la resolución. "Mi casa siempre ha estado relacionada con el sector pero antes lógicamente daba más de comer la construcción y trabajaba con mi padre con unas excavadoras".
Necesaria una preparación previa
Ángel estudió una FP de mecánica y para solicitar las ayudas tuvo que hacer un curso de incorporación al campo con UAGA, (Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón). La propia convocatoria de las subvenciones exige una formación universitaria o una FP relacionadas con la agricultura y si no, realizar uno de los cursos de incorporación que organizan periódicamente UAGA y ASAJA.
"Puedes solicitar las ayudas sin tener el curso pero suelen hacer el curso primero porque no te pagan el total de la ayuda hasta que no lo has terminado", especifica Gerardo Torralba, desde ASAJA Huesca.
José Luis Abadía, ingeniero industrial y arquitecto técnico de 32 años, participó este año en uno de los cursos de Asaja y también ha pedido las ayudas. Para él, la experiencia ha sido muy beneficiosa: "Normalmente haces las labores del campo siguiendo lo que te enseñaron tus padres, pero el curso te da una visión distinta. Viene muy bien para modernizar las técnicas y saber por qué se hacen las cosas".
Imprescindible el respaldo familiar
Tras trabajar 7 años como ingeniero en el sector de la construcción mientras ayudaba en la explotación familiar, ahora busca prosperar en el campo: "Tal como están las cosas, ahora la agricultura es más rentable que la ingeniería. Si quisiese seguir como ingeniero tendría que irme fuera de España, pero yo quiero quedarme".
Sin embargo, el técnico de ASAJA advierte de que solo con estas ayudas es "muy difícil" empezar desde cero en el campo: "Una explotación media puede tener casi dos millones de euros en inversiones que se hacen muy a largo plazo". Por eso, la mayor parte de los solicitantes son personas cuyas familias ya tienen tierras y se dedican a ellas, pero que antes hubiesen buscado una alternativa más rentable".
"Quizás cuando la situación económica cambie alguno abandone la agricultura porque requiere un esfuerzo muy grande, pero la mayor parte ya lo saben y están mentalizados", comenta Torralba.
UAGA, por su parte, insiste en la necesidad de que se resuelvan cuanto antes las solicitudes de ayuda para la incorporación de jóvenes y modernización de explotaciones. "Hay que justificar la realización de las obras antes de fin de año y hasta que no reciban esa comunicación, los solicitantes no pueden iniciar las obras". Además, desde la organización recuerdan que estas ayudas son imprescindibles para garantizar el relevo generacional en el sector y el mantenimiento de los pueblos.
Fuente: Heraldo.es
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