En Castilla y León se han dedicado al cultivo de la patata el pasado año 19.768 hectáreas, lo que coloca a la Comunidad en una posición de liderazgo con un 38 % de la producción total de este tubérculo a nivel nacional. Este porcentaje es considerablemente mayor en la producción de patata tardía en la que Castilla y León produce el 72 % del total nacional.
La importancia de este cultivo en la Comunidad, unido a la situación de especial dificultad que los agricultores de este producto sufrieron durante la campaña 2009, llevaron a la Consejería de Agricultura y Ganadería a poner en marcha el Plan Estratégico de la Patata. Un proyecto, a desarrollar entre los años 2010-2013, que nacía con los objetivos de mejorar la producción agraria, incrementar la capacidad de almacenamiento y de conservación así como impulsar la rentabilidad de este cultivo.
Entre las indicaciones al agricultor por parte de la Consejería está dar a conocer al productor los datos actualizados de la producción y comercialización de este producto en cada campaña a nivel nacional y europeo, y se ofrecen recomendaciones básicas para mejorar la competitividad de las explotaciones.
Las principales son la cautela a la hora de planificar las siembras ya que los buenos precios de la pasada campaña no garantizan los de la siguiente y, especialmente, la formalización de contratos ya que estos son la única garantía de precio para el agricultor.
La firma de contratos con los compradores es la mejor manera de controlar los riesgos derivados de la volatilidad de los precios. Cuanta más producción esté bajo contrato, más seguridad tendrá el agricultor de percibir beneficios. En el contrato han de estar definidas tanto la variedad como la fecha de arranque, esto evita situaciones de sobreoferta que pueden provocar derrumbes de precios.
Fuente: radioarlanzon.com
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