Una temporada más sin que el algodón vuelva a la Vega Baja. El Ministerio de Agricultura ha ahogado las ayudas a este cultivo a pesar de que los últimos estudios de la Universidad Miguel Hernández revelan que la calidad de la fibra larga es de las mejores del mercado. La justificación para que la comarca se quede sin un cupo de subvenciones es que «no hay que tocar los derechos adquiridos por los agricultores de Andalucía», aseguró ayer el presidente del Sindicato de Jóvenes Agricultores de Alicante (Asaja), Eladio Aniorte.
Este año el apoyo de la Conselleria de Agricultura y los últimos avances en los cultivos experimentales conseguidos hacían prever que se podrían plantar un millar de hectáreas de estas plantaciones. No obstante, el ministerio dirigido por Miguel Arias Cañete ha dejado por cuatro año consecutivo sin subvención al algodón de la Vega Baja.
Aniorte explicó que «la respuesta para negarnos la ayuda es la misma que nos dio el anterior Gobierno socialista, que no se puede tocar los derechos de los cultivadores andaluces, pero lo que pedimos es que nos de mil héctareas de las pertenecientes a la Región de Murcia». En la vecina comunidad autonóma existe un cupo de ayudas de 3.000 hectáreas, que «no se llegan a utilizar», comentó el portavoz de Asaja. En este sentido, «solo recibimos promesas, y este es el cuarto año seguido que nos quedamos sin las subvenciones».
La Escuela Politécnica Superior de Orihuela (Epso) había investigado las variedades que mejor se adaptan al microclima de la Vega Baja, e incluso ya había un acuerdo previo con un industrial del textil para vender la producción de las mil hectáreas que se solicitaban. Dos aspectos fundamentales para que el cultivo fuese viable, si bien desde el Ministerio de Agricultura se ha decidido no trastocar el mapa de reparto de ayudas en materia de algodón.
Este hecho para Asaja significa que «sin ayudas el cultivo no se puede defender, se necesita al menos una pequeña aportación para los costes», explica Aniorte. El algodón no iba a servir de producto estrella, pero si al menos para rotar los bancales con nuevas especies y diversificar las plantaciones.
Desde la Epso se ha experimentado con estudios de campo y de laboratorio que las fibras son de la mejor calidad posible, algo que parece no ser suficiente para que los regantes vuelvan a replantar un cultivo extinguido. Cabe recordar que con variedades de algodón de gran calidad en fibras largas la venta del producto tendría mejor salida en el mercado nacional, y por tanto, podría revertir en mejores ingresos para los agricultores.
Fuente: laverdad.es
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