La crisis económica no solo está afectando al sector financiero, sino que está cambiando también la situación en el campo, en el que antes era difícil encontrar a un trabajador español y ahora son los que más predominan, por encima de los trabajadores inmigrantes, que están optando incluso por volver a sus países de origen ante la delicada situación económica que se vive en España.
«Los empresarios están optando por contratar a españoles, que empiezan a demandar más trabajos de este tipo y que conocen mejor los cultivos autóctonos. Además, los propios empresarios prefieren contratar mano de obra española y evitarse problemas de papeleo y demás al contratar a inmigrantes», explica Diego Rivas, director de la Oficina Comarcal Agraria.
Además, el propio Rivas reconoce que desde hace un par de años para acá, han vuelto a pasar por su oficina gente que la habían dejado en la época de bonanza. Y es que, aunque la situación del campo tampoco es la mejor, garantiza un futuro más o menos estable.
Ese es el caso de José García, un agricultor de Alameda, en la comarca de Antequera, que ha vuelto al campo tras ocho años trabajando en la construcción. «Trabajé muchos años en el campo antes de que se produjera el boom inmobiliario y, aunque por esta zona nunca ha habido mucho inmigrante, es cierto que en una cuadrilla de 15 antes podría haber 4 ó 5 y ahora no hay ninguno. Aún así, las más perjudicadas están siendo las mujeres», manifestó García.
El problema de las mujeres es que aprovecharon que en los años de bonanza los hombres se marchaban a la construcción a desempeñar un trabajo estable durante todo el año, y ellas se quedaban ocupando sus puestos en el campo. Ahora, el empresario prefiere que su trabajador tenga un perfil masculino y español, por lo que, de esta manera, las mujeres no llegan a cubrir las peonadas necesarias para percibir el subsidio agrario.
Sin embargo, los salarios que los hombres perciben en el campo tampoco son mucho mejores. La producción de aceituna este año se reduce casi a la mitad, por lo que no hará falta tanta mano de obra. Según Antonio Guerrero, secretario general de la Federación Agroalimentaria de UGT en Málaga, será de unos 45.000 jornales para 1.500 trabajadores en la comarca de Antequera, un descenso de casi el 50 por ciento con respecto al pasado año.
«En estos momentos se están pagando los jornales a unos precios razonables en relación a la situación actual, de hecho, se está aceptando trabajar por salarios que antes se rechazaban. Cobramos en torno a los 45 ó 50 euros el día, 7 euros la hora con una media de seis o siete horas diarias, cuando antes se podían llegar a alcanzar los 55 ó 60 euros», comentó Diego Leiva, temporero de Alameda que trabaja en el campo desde hace casi 40 años.
En definitiva, aunque la situación del campo tampoco sea la mejor, garantiza un futuro más o menos estable. Además, Andalucía siempre ha sido una tierra proclive en agricultura, sin mucho tejido industrial, por lo que es de lo que están volviendo a valerse la mayoría de los trabajadores que, en la época de bonanza, se emplearon en la construcción.
Alameda ha sido el primer municipio de la comarca en comenzar el verdeo de la variedad Hojiblanca , lo hizo el pasado miércoles. Tras él, a principios de octubre, está previsto que para el próximo lunes, lo hagan otras zonas como Antequera, Villanueva de Algaidas o Archidona, entre otras localidades.
En su conjunto, la campaña genera unos 75.000 jornales en la provincia. Así, UGT prevé que la reducción hará que se pierdan dos millones de euros en jornales.
Fuente: laopiniondemalaga
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