Un estudio publicado en octubre por el Servicio de Investigaciones Agrícolas del Departamento de Agricultura de EEUU, refiere que las perspectivas de largo plazo de la agricultura reflejan la demanda creciente por alimentos, fibras y combustibles. Los principales factores que impulsarán la demanda agrícola durante la próxima década, incluyendo el crecimiento de la población y los ingresos y el interés por biocombustibles, tendrán efectos importantes en años posteriores. Como resultado, el mundo seguirá retado a suplir las futuras demandas agrícolas de alimentos, fibras y combustibles.
Los investigadores observan que de seguir el lento crecimiento de la producción agrícola, será necesario expandir las tierras utilizadas en la agricultura para satisfacer estas demandas globales crecientes. Esto aunque el aumento de las inversiones en investigación y desarrollo puede disminuir la necesidad de ampliar el uso de la tierra. Sin embargo, las restricciones sobre otros recursos, como el agua, pueden ser cada vez más importantes. Cualquier cambio en los patrones de producción agrícola resultantes del cambio climático, se agregaría a los desafíos de garantizar que la producción sea capaz de satisfacer la demanda mundial. También recuerdan que los precios de los productos básicos agrícolas son críticos como indicadores del mercado. Ellos reflejan los cambios en la oferta y la demanda y proveen incentivos económicos para asegurar respuestas a corto plazo, pero también a más largo plazo y con más larga duración.
Siendo el reto de producir de carácter global, observamos que en Venezuela la economía controlada no permite a nuestros productores responder a las señales del mercado. Por eso producir en el campo en Venezuela, más que un reto es una incierta aventura.
Fuente: eluniversal.com
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