Es un sistema de cultivo revolucionario que permite producir en suelos no aptos para la cosecha porque las plantas completan su ciclo vegetativo sin necesidad de emplear suelo agrícola. Se trata de una técnica orientada a la producción de hortalizas con un precio elevado, como es el caso de tomates, pimientos o fresas. El restaurante Azurmendi, en colaboración con Neiker–Tecnalia, ha dado un paso adelante en esta agricultura del futuro. Para ello han desarrollado un sistema hidropónico que logra multiplicar por dos la producción hortícola y garantiza la producción de las hortalizas durante todo el año.
El cultivo hidropónico puesto en marcha por el restaurante vasco Azurmendi, en colaboración con Neiker Tecnalia, permite optimizar la producción de hortalizas y garantiza el suministro de estos productos hortícolas durante todo el año.
Un proyecto pionero que germinó hace cuatro años cuando Eneko Atxa, cocinero con tres estrellas Michelin en su solapa, y su equipo de confianza contactaron con este centro tecnológico para dar cuerpo a una vieja aspiración de este gurú de la gastronomía internacional. "Pensamos en buscar nuevas herramientas que nos sirvieran para mejorar los sistemas de cultivo para nuestro restaurante; para ello optamos por diseñar un espacio de investigación que valiera para representar la labor de los productores locales pero añadiéndole nuevas técnicas de cultivo", indica el restaurador.
El ‘laboratorio’ ha tomado forma en un invernadero acristalado,con una extensión de 200 metros cuadrados, donde los investigadores del centro tecnológico han puesto en marcha un innovador sistema de cultivo.
Bajo el nombre de cultivo hidropónico, el sistema funciona desde hace un año en las instalaciones del restaurante Azurmendi, ubicadas en el municipio de Larrabetzu. "Nuestro objetivo ha sido poner en valor la tarea de estos agricultores locales, compartir con ellos nuestro conocimiento sobre los productos y mimar las hortalizas para garantizar la calidad de nuestros platos ofertados a nuestros clientes", explica, orgulloso, Atxa.
Para hacer realidad este ambicioso objetivo el equipo liderado por el investigador Patrick Riga, miembro de Neiker, se puso manos a la obra de inmediato y, en enero del pasado año comenzaron las cosechas de los primeros tomates y hortalizas. Para ello se valieron de las instalaciones de ultima generación aportadas por el invernadero y, mediante esta técnica de cultivo sofisticada y de última generación han podido obtener "tomates, cebollas y pimientos de máxima calidad para el restaurante", detallan.
El método aplicado por el centro tecnológico se denomina ‘cultivo hidropònico’ y entre sus mayores innovaciones, se encuentra la sustitución del suelo agrícola por unas "soluciones minerales" que contribuyen al desarrollo de una cosecha "más optimizada y rentable porque dura durante todo el año, si se le compara con los métodos de cultivo más tradicionales", matizan desde Neiker. En la práctica, las raíces reciben una solución nutritiva equilibrada disuelta en agua con todos los elementos químicos esenciales para el desarrollo de las plantas hortícolas, que a su vez, pueden crecer en un medio inerte o en una solución mineral.
"Es una técnica que facilita la planificación de los cultivos de los productos porque mantienen a las hortalizas más tiempo en su fase de producción. Además, se logra controlar las condiciones de temperatura y humedad al cultivarse dentro del invernadero", completa Riga.
El sistema ideado por estos investigadores incorpora cuerdas –denominadas tutores– cuya misión es la de sujetar verticalmente y en suspensión las plantas de cultivo. "No se trata de un sistema de cultivo vertical", aclara el investigador vasco.
Entre las principales ventajas que aporta el sistema hidropónico desarrollado por Neiker para este restaurante vasco figura la capacidad que ofrece esta técnica de conservar "las propiedades asociadas al sabor, textura y el olor de las futuras hortalizas, que mediante el método de hidroponía, logran mantenerse completamente intactas". "Controlamos el sistema de riego y abono de las plantas; lo que favorece la conservación de las propiedades organolépticas de los productos", subrayan desde Neiker Tecnalia.
A esta prestación une la posibilidad de llevar a cabo el cultivo de las hortalizas en una instalación cerrada y monitorizada a través de un moderno sistema informatizado. Junto a esta ventaja el método hidropónico diseñado permite también poder "reutilizar drenajes" empleados en anteriores cosechas y que nos son vertidas en el entorno natural. "A este beneficio podemos añadir la posibilidad de poder controlar enfermedades y plagas de las plantas; para ello podemos contrarrestar mejor la acción nociva de hongos y bacterias; las hojas se mantienen secas dentro del invernadero y no están húmedas. Estas condiciones monitorizadas ayudan así a evitar la creación de plagas provocadas por los fúngicos", remarcan desde el centro tecnológico vasco.
En esta línea el sistema facilita el uso de pequeños insectos depredadores que eliminan los pulgones y gusanos, cuya presencia es muy nociva para la calidad del producto final. "A ello añadimos un sistema de calefacción para prolongar el cultivo todo el año", completa.
Junto a esta técnica revolucionaria, los investigadores han desarrollado en el compartimento contiguo del invernadero un sistema de cultivo en contenedores de última generación. Entre sus principales aportaciones destaca su labor de proporcionar una "tierra vegetal de compost y rica en nutrientes naturales" a las plantas de cultivo. "En comparación con los cultivos exteriores, los contenedores que hemos diseñado ofrecen una mayor densidad de cultivo al producir más cantidad de hortalizas en un espacio menor", defiende el investigador de Neiker.
A esta posibilidad añade la capacidad de efectuar cultivos rotatorios con la mezcla de diferentes tipos de plantas hortícolas, como es el caso de tomates, lechugas y otras hortalizas. "Con ello, pretendemos evitar posibles plagas y hacer las plantas más resistentes desde sus raíces", explica el experto.
Entre los diferentes productos de la huerta que se cultivan en esta instalación innovadora se hallan tomates cebollas, acelgas, pimientos y otros productos asociados a denominaciones de origen vascas. "Junto al invernadero hemos instalado una huerta de grandes dimensiones que nos abastece de alimentos que requieren de una mayor superficie de cultivo, como es el caso de la patata, las coles, berzas y ajos, los cuales resisten mejor el frío del invierno", completan desde el restaurante vasco.
A la hora de resaltar los aspectos más innovadores aportados por el sistema hidropónico y el de los contenedores, Riga destaca su capacidad para poder "multiplicar por dos" la producción de hortalizas, si se les compara con métodos convencionales.
"En el caso de los tomates, si estos se cultivan al aire libre se podría obtener un cosecha de entre 10 y 15 kilos por metro cuadrado; mientras que con el método hidropónico lo ampliamos a 30 kilos de media por metro cuadrado", ejemplifica el investigador agrícola.
A este beneficio suma la "rentabilidad" productiva que ofrecen ambas técnicas de cultivo al poder suministrar hortalizas durante todo el año, concluye.
Fuente: elmundo.es
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