La semana pasada se celebró el Día Mundial de los Derechos del Consumidor, una jornada con la que asociaciones de todo el mundo buscan fortalecer la toma de conciencia de las herramientas que tienen los ciudadanos en todos los ámbitos del consumo, y que este año estará dedicada a la protección en materia de justicia.
Tras el escándalo del fraude de etiquetado de la carne de caballo, que suma ya una oleada de casos en alimentos procesados en una decena de países europeos, muchos consumidores se plantean si realmente están protegidos a la hora de comprar y si deben confiar en el etiquetado de los productos.
Las organizaciones de consumidores, la industria, la distribución y las autoridades han reiterado que el ciudadano no debe alarmarse porque estos casos no suponen un peligro para su salud, pero el caso ha reabierto el debate sobre si los controles en la cadena alimentaria son suficientes y efectivos.
"Indudablemente hay que reforzar los controles", ha subrayado a Efeagro el presidente de la Federación de Consumidores y Usuarios (FUCI).
Samayoa ha afirmado que "el consumidor debe estar tranquilo en cuanto a la legislación que le protege", pero "las sanciones tienen que ser lo suficientemente importantes como para que se cumpla la Ley".
Falta de personal
En este sentido, el presidente de FUCI ha señalado que uno de los grandes problemas a la hora de garantizar el cumplimiento regular de las inspecciones alimentarias es "la falta de personal" debido a la crisis, por lo que "si se refuerzan, podría repercutir en el precio" y en los consumidores.
Desde la distribución, aseguran que "hay que investigar las causas de estos fraudes, aclararlos y tomar las medidas que sean oportunas para depurar responsabilidades", han apuntado fuentes de la Asociación de Grandes Empresas de Distribución (Anged).
"La distribución debe mantener su colaboración plena con las Administraciones para velar por la protección del consumidor y la seguridad alimentaria", han añadido.
Aunque estos casos han "desconcertado" a muchos consumidores, según ha reconocido el presidente de la Asociación de Cadenas Españolas de Supermercados (ACES), Aurelio del Pino, "hay que recordar que el sistema de control alimentario europeo es el más garantista del mundo".
"Lo fundamental es que el consumidor tenga toda la información sobre lo que compra para que realmente tenga criterios a la hora de decidir", ha subrayado.
Es indudable que la crisis ha cambiado la forma de comprar de muchas familias, y, por primera vez en los últimos ocho años, el precio se ha situado por encima de la calidad de los productos y la proximidad a la hora de elegir un establecimiento.
Según los últimos datos publicados por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama), los consumidores racionalizan las compras, intensifican el gasto en el hogar y comen menos fuera de casa.
Además, en el último año se ha incrementado la adquisición de alimentos por parte de las personas mayores, que están ayudando a sus hijos y nietos a afrontar la crisis ante las elevadas tasas de paro.
En cuanto a las compras online, sube ligeramente el porcentaje de consumidores que hace la compra por internet, aunque los españoles "todavía son un poco reacios a adquirir alimentos en la red, porque les gusta tocar, ver y escoger los productos", ha señalado el presidente de FUCI.
Sin embargo, a pesar de la difícil situación económica que atraviesan miles de familias españolas, el consumidor tiene más herramientas que hace un año para protegerse de los desafíos alimentarios.
En el último año, la Unión Europea ha reforzado su estrategia en materia de seguridad alimentaria con varias directivas, una de ellas sobre etiquetado de alimentos que el Parlamento Europeo (PE) revisará a raíz del fraude de la carne de caballo.
En el pleno de esta semana, celebrado en Estrasburgo, el PE ha pedido "sanciones ejemplares" para evitar nuevos fraudes y "que no merezca la pena jugar con los consumidores".
Fuente: efeagro
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