Si tenemos los corderos, nos asesoramos y contamos con la seguridad de colocación cuando el sistema lo requiera, la alternativa de confinar corderos no es descabellada, afirmó el ingeniero agrónomo Gianni Bianchi, responsable del Curso de Ovinos y Lanas en la Estación Experimental Dr. Mario Alberto Cassinoni (EEMAC) de la Facultad de Agronomía de la Udelar.
Explicó que existen una serie de elementos a tener en cuenta al plantearse encerrar durante un tiempo importante un lote de corderos para engordarlos, terminarlos y venderlos a frigorífico, que tradicionalmente se agrupan en factores vinculados al animal, al alimento y al manejo.
Entre los factores asociados al animal destacan: biotipo (raza y forma de utilización), sexo y peso al inicio del encierro.
Investigación generada en la EEMAC permite señalar, con razonable grado de precisión, que el uso de cruzamientos con razas carniceras (para los mercados actuales que demandan canales no superiores a 22 kilos Soutdown, Hampshire Down, Texel e Ile de France aparecen como las más razonables), la preferencia de machos enteros (en realidad criptórquidos) frente a hembras y un peso al encierro no muy superior a 26 a 28 kilos permite mayores ganancias y mejores conversiones.
Respecto a la alimentación, la proteína constituye el nutriente central dada la categoría a engordar y el principal tejido a depositar (siendo deseable alimentos con valores no inferiores al 18% de proteína cruda), obviamente que tratándose de rumiantes es importante la fibra, aunque en relaciones no superiores al 20% (fibra)-80% (concentrado) y la necesaria presencia de vitaminas y minerales (en particular calcio y fósforo, en relaciones que eviten la manifestación de cálculos).
Un cordero consume el 4,5% de su peso vivo, siendo altamente deseable ofrecer la ración mezclada (fibra más concentrado) y en forma de pelet, evitando la alta selectividad de esta categoría de animales y eventuales problemas pulmonares o en los ojos por el polvillo de la ración.
Contar con autoconsumo ante la necesidad del suministro diario abarataría los costos del sistema, no sólo por lo que implica la mano de obra, sino porque los consumos individuales disminuyen, con lo cual mejora la conversión, amén de la protección del alimento contra las inclemencias del tiempo.
Dentro de la alimentación está el agua. El paradigma de que los ovinos no precisan agua es relativamente válido en pastoreo, sobre todo de verdeos con bajo contenido de materia seca, pero cae en condiciones de estabulación. Un cordero puede consumir en verano en el eje de seis a ocho litros por día, dependiendo de la temperatura y del tipo de alimento. Si no tiene agua suficiente y de buena calidad, deprime su consumo y con él su crecimiento.
En los aspectos de manejo incluimos la sanidad por considerarla significativa. Una dosificación antihelmíntica, animales libres de problemas de patas y un refuerzo contra clostridiosis (además de la primovacunación de señalada y destete) 15 días antes del encierro son condiciones sine qua non, junto al monitoreo diario ya en el encierro para evitar bicheras u otro tipo de afecciones.
Capítulo aparte merece el acostumbramiento de los animales con suficiente anticipación (15 días, cantidades crecientes, evitar ayunos prolongados y matizar encierros con pastoreo), período durante el cual son esperables pérdidas del orden de 100 gramos por día, por ello es de capital importancia la experiencia previa.
Experimentos conducidos en la EEMAC demuestran que corderos provenientes de creep feeding frente a sus contemporáneos testigos (no sabían comer) presentaron ganancias diarias durante 60 días de encierro del orden del 15% (y hasta el 35%) superiores.
Hay otros detalles, como el armado de lotes parejos (en peso, sexo y edad o categoría) y el frente de ataque de comederos: tres a cuatro cms si se trata de autoconsumo hasta 25 a 30 cms si son comederos de madera o lona, en cuyo caso es recomendable una rienda sobre el comedero, para evitar que pisen adentro.
De la misma forma, pensar en alguna protección para la ración que se suministra frente a la lluvia, habida cuenta que una vez mojada difícilmente la coman.
La sombra es indispensable en verano (si es natural mejor), así como el abrigo y la elección de lugares que eviten el anegamiento en el invierno. Nunca menos de cuatro a cinco m2 por cordero, evitando encerrar lotes superiores a 250, para un buen seguimiento del grupo (aspecto central si se piensa confinar lotes muy grandes).
Además de considerar el costo del alimento (puesto en el campo, agregando un 10% atribuido al desperdicio más la cantidad de alimento necesario para el período acostumbramiento) y la cantidad de comida que cuesta ganar un kilo extra según el precio del kilo gordo de cordero, también hay que contemplar el costo de la reposición (cuánto cuesta hacerse de un cordero de afuera del sistema o aún propio, en cuyo caso la comparación es frente a la oportunidad de venderlo liviano antes de encerrarlo).
También hay que imputar las horas del encargado de suministrar el alimento, supervisar los animales (y eventualmente curarlos) y la sanidad previa indispensable para evitar trastornos posteriores. Igual es bueno presupuestar un 2% de mortandad durante el encierro.
Y una completa evaluación no puede ignorar que mientras el animal está encerrado, no está ocupando campo. Hecho para nada menor y pocas veces contemplado a la hora de “tirar los números”, concluyó Bianchi.
La cifra
300 a 350 gramos por día de ganancia ajustando los aspectos tratados en este informe (tano@fagro.edu.uy ).
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