Máximo Romero reniega porque su platanera, intercalada con árboles de aguacate, cacao, papaya y zapote, produce poco. Muestra cómo los racimos verdes tienen frutos delgados, pese a que ya están ‘jechos’, como dice en su acento montubio a los que están en etapa de cosecha. Máximo tumba una mata y deja al descubierto los gusanos que han carcomido el tallo.
Esto no solo le afecta a él, igual les sucede a sus vecinos del recinto Aguacate, en la parroquia Los Vergeles del cantón Valencia, en Los Ríos, y a aquellos de otras zonas productoras de plátano, cuya cosecha abastece la demanda local y se comercializa en Guayas y Manabí.
Los verdes quedan flacos por el clima, pero ese es el mal menor. El hermano pequeño de Máximo, Gonzalo, y otros agricultores de Los Vergeles están atemorizados por la presencia de dos plagas: la sigatoka negra, que inicialmente solo atacaba al banano y hace que se sequen las hojas, y un tipo de gusano que devora el tallo.
“Hay una plaga que es el picudo, un gusano que desde la raíz se come la planta. De esta manera, la producción baja cada vez más,”,dice Máximo.
Fuente: Eluniverso
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