Las fuertes lluvias, la sequía y hasta las plagas son factores que han jugado en contra de los sembríos de miles de campesinos; sin embargo, no han sido impedimentos para que las hectáreas de cultivos agrícolas se sigan extendiendo en el país.
En el 2010, el 45,86% de la superficie terrestre nacional se dedicaba a la producción de alimentos; pero un año después, en el 2011, ese porcentaje subió al 49,64%, según la Encuesta de Superficie y Producción Agropecuaria Continua (Espac).
La puesta en marcha de varios proyectos de riego motivó a agricultores de ciertas zonas del país a sembrar más, ampliando el uso de hectáreas para cultivos, indica Paúl Herrera, director del Centro de Investigaciones Rurales de la Escuela Politécnica del Litoral (Espol). "No necesariamente hablamos de nuevos proyectos, sino antiguos que estaban a la espera de mantenimiento", sostiene.
La mayor parte está enmarcado en el Plan Nacional de Riego, para el cual el Estado destinó una inversión de $67 millones, según el presidente Rafael Correa, en enero de este año. De la mano también han ido ciertos programas agrícolas como el Proyecto Integral de Desarrollo Agrícola y Ambiental Sostenible y Social del Ecuador (Pidaasse), que se ejecuta en la provincia de Santa Elena y zonas del Guayas.
En el 2011, el programa empezó con la siembra de 490 hectáreas de cultivos como maíz, fréjol, maracuyá, pimiento, sandía en zonas ubicadas cerca de los canales de riego. La meta, según beneficiarios de Pidaasse, es llegar a las 5.600 hectáreas hasta el 2014. El costo para habilitar tierras es de $4.850 por cada hectárea.
El empleo de un mayor número de áreas para la agricultura también ha sido dinamizado por el mayor acceso a créditos. Las cifras del Banco Central del Ecuador señalan que, de enero a agosto de 2012, el sistema financiero privado entregó $855,14 millones, frente a los 751,27 millones del mismo periodo de 2011.
Las hectáreas de siembra podrían incrementarse más, dice Herrera, si se toma en cuenta que varias asociaciones de productores están administrando las tierras antes incautadas por el Estado.
En el estudio del INEC se indica que existen 1'379.475 hectáreas dedicadas a los cultivos permanentes, de los cuales el 71,83% está en la Costa. Esto debido "a que en esta región está la mayor parte de productos de exportación que son de clima tropical" como el banano, el caocao y el café (ver cuadro).
Sin embargo, a productores como Mario Lapo, los resultados no lo satisfacen plenamente. Él dice que el incremento de terrenos sembrados no necesariamente significa mayor productividad. "Aún el Gobierno debe trabajar en el tema de semillas, en la fumigación y en el control de plagas para ver resultados en ese indicador".
El agricultor apoya los programas estatales agrícolas y de riego, pero resalta que es necesario direccionar la inversión según la zona y el cultivo, pues no siempre se apuesta por aquellos "que tienen mayor demanda y que son más rentables", indica Lapo.
Fuente: entornointeligente.com
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