Las dietas milagro proliferan cada día en los blogs, revistas femeninas y algunas clínicas de adelgazamiento. Toda esta información contribuye a crear mitos y tópicos sobre ciertos alimentos comunes en nuestra dieta que, en general, no tienen base científica alguna pero que se arraigan en nuestro subconsciente. El doctor Miguel Ángel Martínez Olmos, endocrino del Complejo Hospitalario de Santiago e investigador del Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (Cibernobn) desmonta en este reportaje diez de los tópicos más generalizados. «Hay mitos muy arraigados en el saber popular y es muy complicado desmontarlos; queda mucho por hacer en la educación alimentaria», comienza.
1 Los hidratos de carbono por la noche son malos.
Uno de los tópicos más habituales es pensar que los hidratos de carbono (pasta, arroz, patatas, pan, legumbres...) son malos por la noche. «Es falso y no tiene fundamento ninguno», explica Martínez Olmos. «Debemos ingerir todo tipo de alimentos durante todo el día, especialmente en la comida principal, simplemente no hay que abusar de ninguno de ellos. El problema de mucha gente es que malcome durante todo el día, incluso saltándose el desayuno, y llega a la cena con mucha hambre y no controla lo que come».
2 Beber agua durante la comida engorda.
Se trata de otro de los grandes mitos sin sustento, ya que el agua no aporta calorías. «Nuestro cuerpo necesita líquido a lo largo de todo el día y no importa el momento en que se ingiera. Es necesario estar bien hidratado y especialmente las personas mayores, que a veces se olvidan de beber», advierte el endocrino.
3 Los lácteos y la leche sientan mal durante el horario nocturno.
El endocrinólogo asegura tajantemente que esto no es cierto excepto en las personas que tengan intolerancia a la lactosa. Sin embargo, admite que hay gente a la leche que le puede sentar mal sin que exista un motivo concreto. «Si alguien observa esta reacción, que consuma la leche en otro momento», apunta. «También a otros les ayuda un vaso de leche caliente antes de dormir», destaca. «Los lácteos hay que incluirlos en la dieta diaria, cada uno de la forma que prefiera», señala el experto.
4 La fruta no debe tomarse nunca como postre.
Este es un mito muy extendido que también carece de fundamento ya que el aporte energético no interfiere en el orden en que se ingieren los alimentos. Lo ideal, explica el experto, es tomar cinco raciones al día de frutas y verduras. «En la edad escolar, cuando se está aprendiendo a comer, sería adecuado que la fruta fuera el principal postre porque a veces se abusa de los lácteos por su comodidad y nos encontramos con un déficit de frutas». Además estos lácteos, advierte, «junto con el deseable aporte de calcio pueden incluir muchas grasas».
5 Consumir huevos no es sano y produce colesterol.
Ha habido épocas en las que se recomendaba el consumo limitado de huevos por el aporte de colesterol en la yema. Sin embargo, Martínez Olmos asegura que actualmente hay un consenso en que la cantidad de colesterol en cada huevo no es excesiva para la mayoría de la población «y las proteínas en la clara son de tan alta calidad biológica que los beneficios son muy grandes». El endocrino asegura que consumir cuatro o cinco huevos a la semana no es excesivo. «En casos de verdaderos problemas de colesterol son necesarios los medicamentos para controlarlo, ya que no se consigue nada con la restricción del consumo de huevos».
6 Las lentejas, la gran fuente de hierro.
Sí, pero con matices. «Las lentejas como el resto de las legumbres, tienen cantidades significativas de hierro, pero el organismo no asimila muy bien el hierro de origen vegetal», dice. Asimilamos mejor el hierro que procede de productos animales como la carne, el pescado o los huevos. «Las legumbres son muy buenas por su aporte de hierro, fibra y proteínas, pero en concreto el hierro se aprovecha más con las carnes rojas y vísceras como el hígado», destaca el endocrino. Los expertos recomiendan además acompañar las legumbres con una ensalada aliñada con aceite y limón y, de postre, fruta rica en vitamina C (naranja, mandarina, fresas, kiwi) ya que ayudan a absorber el hierro de origen vegetal.
7 Los productos integrales y «light», más saludables.
Según este especialista, los productos que son «realmente» integrales, tienen un aporte mayor de fibra, que es beneficiosa para toda la familia. Sin embargo, advierte, no todos los alimentos que se venden como integrales lo son. «Un pan blanco al que se añade salvado no es igual que el que se hace con harina integral», ejemplifica. Respecto a los alimentos light, «no es necesario consumirlos; si consumimos las cantidades recomendadas de productos normales no necesitamos nada más».
8 Mejor frescos que congelados
Otra creencia falsa. «Si disponemos de un alimento fresco tendrá unas propiedades de tipo organoléptico (aroma, textura...) que no tienen los congelados, pero desde el punto de vista nutricional si se realiza bien la conservación del producto y se respeta la cadena del frío, los alimentos congelados tienen las mismas cualidades que los frescos», destaca Martínez Olmos. El especialista asegura que gracias a los congelados podemos comer productos fuera de temporada, lo que supone una gran ventaja. Muy diferente es el caso de los preparados congelados, «que tienen una elaboración con grasas añadidas nada recomendables».
9 Alimentos que tratan enfermedades o afrodisíacos.
«La dieta repercute en el bienestar general y en determinadas situaciones como la relación con los demás». Sin embargo, «se atribuyen propiedades terapéuticas y afrodisíacas a alimentos sin tener un estudio clínico que lo avale», advierte el experto. Así, muchos de los alimentos que se publicitan con el consabido «ayuda a...» no tiene un estudio que lo avale o solo se ha probado con un grupo de población y no se puede extrapolar a otros grupos.
10 El pan engorda porque tiene calorías.
Lo que marca qué engorda y qué no es el consumo excesivo. El pan en sí aporta calorías, pero también hidratos de carbono complejos muy buenos para nuestra dieta. «Hay que tener en cuenta de qué se acompaña ese pan y no abusar de los fiambres», indica. El endocrino recuerda que si seguimos «una alimentación variada y equilibrada, repartida a lo largo de todo el día, y a eso añadimos un ejercicio físico moderado no tendremos ningún problema de salud relacionado con la alimentación».
Fuente: levante-emv.com
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