AGRO 2.0 Chicza, el chicle biodegradable y ecológico de la selva maya

El Consorcio Chiclero de la selva maya ha presentado un chicle ecológico. Es biodegradable y su materia prima se extrae con métodos sostenibles de las selvas de México y América central. Se trata de un producto con larga historia, que se presenta como alternativa al chicle industrial a base de polímeros de petróleo y con efectos sobre la salud y el medio ambiente. Por el contrario, los sabores del Chizca se logran mediante sustancias orgánicas como el saludable jarabe de agave. Al desecharlo, el chicle ecológico no se pega y en semanas se convierte en un polvo que mejora la textura del compost.

El Chicza se elabora a partir del látex del chicozapote (Manilkara zapota), un gran árbol que se halla en la zona del Gran Peten, uno de los ecosistemas con mayor biodiversidad del planeta y aún habitado por el jaguar. Los pobladores de estas selvas durante más de cien años han vivido del árbol del chicle y en la actualidad conforman un consorcio de 56 cooperativas dedicadas a la producción de goma de mascar mediante una técnica ancestral y sustentable.

La creciente demanda de productos ecológicos en el mundo se presentó como una oportunidad que la cooperativa aprovechó para darle valor a la materia prima que durante un siglo había vendido sin tratar. Así, hace cinco años la colectividad se propuso adquirir el conocimiento y los medios para producir una goma de mascar 100% natural, biodegradable y con certificación orgánica. De hecho, Chicza es el primer chicle orgánico y viene a confirmar que actividad económica, solidaridad y conservación del medio ambiente son compatibles.

El Consorcio Chiclero explota 1,3 millones de hectáreas de selva tropical con sello FSC y emplea a 2.000 personas. Después de cinco años de una adecuada administración y logística, gracias al Chicza los trabajadores del chicle han logrado multiplicar sus ingresos por seis. “Cada vez que alguien en el mundo prueba un chicle cuya elaboración entraña ese respeto y cariño por el terruño, lleva a su boca una sutil fibra de selva tropical, esencia de árbol centenario, fuente de oxígeno y se implica en ese círculo virtuoso de agricultura sustentable”.

Fuente: ecogaia