Brasil aumentó en la última década la producción e importación de vino y espumantes, mostrando que el país donde reinan la cerveza y la “caipirinha” también busca a Dionisio para calmar la sed. El consumo de vino sigue siendo muy bajo en Brasil en relación con otros países de la región, con 1,9 litros per [...]
Brasil aumentó en la última década la producción e importación de vino y espumantes, mostrando que el país donde reinan la cerveza y la “caipirinha” también busca a Dionisio para calmar la sed.
El consumo de vino sigue siendo muy bajo en Brasil en relación con otros países de la región, con 1,9 litros per cápita al año, lejos de los 60 litros anuales de cerveza y de los 20 litros de cachaza, el destilado de caña de azúcar que es la materia prima de las famosas “caipirinhas”.
“Pero el consumo de vino sí está aumentando. Ahora se bebe no sólo en época de fiestas, sino durante todo el año. Y no sólo un sencillo vino de mesa, sino de mayor calidad”, asegura a la AFP Andreia Gentilini, directora de promoción del Instituto Brasileño del Vino (Ibravin).
Este organismo, encargado del fomento de los mostos nacionales, entre los que se destacan sobre todo blancos y espumantes, espera que en el 2016 el consumo llegue a 2,6 litros per cápita. “La mayor competencia del vino es la cerveza, pero esa diferencia la vemos como una gran oportunidad, un gran potencial para el aumento del consumo del vino en Brasil”, afirma Gentilini. En el 2004, Brasil importó 39,1 millones de litros de vino y espumantes, una cifra que fue subiendo hasta 79,5 millones en el 2012. Los vinos llegaron principalmente de Chile, Argentina, Italia, Francia y Portugal.
La producción nacional de vinos de mayor calidad –concentrada en Rio Grande do Sul– aumentó de 94,83 millones de litros en el 2004 a 173,55 millones en el 2013. La producción de los más simples, en cambio, cayó en ese mismo período de 313 millones a 197. “El consumidor está buscando productos de mayor calidad”, sobre todo los vinos importados. “Los brasileños nunca viajaron tanto como ahora y eso influye en su manera de consumir, incluso bebidas”, agregó Gentilini.
Entre los espumantes, las cifras son favorables para los locales: por cada 20 botellas consumidas en el país, 15 son brasileñas.
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