AGRO 2.0 Biomasa, la energía que nace de desechos

Treinta y tres municipios riojanos cuentan, como mínimo, con una instalación de biomasa, según datos del Observatorio Nacional de Calderas de Biomasa que gestiona la Asociación Española de Valoración Energética de la Biomasa (Avebiom). Todas las inslaciones de la Comunidad son de generación térmica, es decir, suministran calefacción, agua caliente sanitaria y agua caliente industrial. En la actualidad, Avebiom no tiene contabilizada ninguna planta bioeléctrica en nuestra región.

La Rioja sigue siendo una de las comunidades con menor número de instalaciones de biomasa, según los registros de Avebiom. El consumo de este tipo de energía renovable ha crecido por encima del 200% en nuestro país desde 1999. No obstante, se sitúa aún en el 3,8% del total.
El 56% de las instalaciones de biomasa que hay en La Rioja son de uso doméstico y suponen el 23% de la potencia, según los datos facilitados por Avebiom. El 32% son de uso industrial con el 75% de la potencia y el 12% corresponden a instalaciones de uso público dotacional, el 2% de la potencia instalada.
Si analizamos en detalle estos datos, podemos observar que en la actualidad un total de 243 viviendas, en cuatro comunidades de vecinos de Logroño y Calahorra, disponen de calefacción y agua caliente a través de biomasa.
Según Avebiom cada vecino «puede ahorrarse entre 150 y 250 euros al año en calefacción sin realizar ninguna aportación dineraria» con esta energía renovable. Además de estos bloques, hay otras instalaciones en adosados y en viviendas unifamiliares. Todas ellas muy recientes.
El sector industrial también se va sumando a la bioenergía. Podemos encontrar empresas madereras, explotaciones agroganaderas, el matadero de Logroño, una panificadora, dos empresas de producción de champiñón, seis casas rurales, un hotel en Haro y distintos locales comerciales o de oficinas con esta nueva energía.
Sin embargo, solo el 2% de las instalaciones de biomasa de La Rioja tiene carácter público dotacional, un porcentaje bastante inferior al del resto de comunidades. Disponen de biomasa el retén del Servicio de Extinción de Incendios en Villavelayo, el Monasterio de Santa María de la Estella en San Asensio, los ayuntamientos de Daroca de Rioja y Brieva de Cameros o una residencia de personas mayores en Brieva y otra de estudiantes en Logroño.
Ahorro y ventajas
Pero ¿sabemos qué es la biomasa, sus ventajas y sus usos? «La Biomasa es toda aquella materia creada a partir de procesos biológicos que se regeneran en un corto periodo de tiempo», resume Pedro Muñoz Velasco, doctor en Ingeniería por la Universidad de La Rioja. Muñoz indica que se pueden encontrar diferentes fuentes de biomasa con fines energéticos: los residuos forestales, los residuos de cultivos como los restos de podas, los cultivos energéticos como el chopo y los residuos ganaderos. Y recuerda que «la energía procedente de la biomasa ha sido empleada desde la antigüedad con un propósito fundamental que perdura, el confort climático». Hoy, además, se utiliza para «producir electricidad, frío y calor o combustibles».
Empieza a ser común la transformación de restos de árboles o leñas que se encuentran en nuestros montes, serrín, cáscaras de almendruco o incluso huesos de aceituna en pellets. Esos pellets son una especie de cartuchos o cápsulas de pequeño tamaño en los que se comprime la materia orgánica y que luego se utilizan como combustible. En la actualidad se está estudiando la viabilidad del sarmiento para su transformación en pellet.
En La Rioja hay varias empresas que trabajan en el sector. Biosar o Aresol Energías Renovables son dos ejemplos riojanos de apuesta fuerte por esta energía, dos firmas en las que la biomasa ocupa ya el 80% del volumen de su negocio.
«La principal ventaja de la biomasa es su carácter renovable», responde Muñoz. «Su ciclo de carbono es neutro, es decir, tanto CO2 expulsará en su utilización por kilo, como el que requirió la formación de ese kilogramo», concreta.
Los promotores de esta energía defienden también el «importante ahorro» que su utilización supone para el bolsillo del usuario de hasta un «40 ó 50%». «La biomasa no contamina, el pellet no explota y es más barata», subraya Diego Luezas, director general de Aresol. Luezas hace hincapié en el «beneficio social de la biomasa». «Es un combustible local porque se genera dentro del país. Si somos capaces de generar nuestro combustible nuestra balanza de pagos mejoraría mucho y, además, se generaría una industria desde la producción de pellets, recogida forestal, fabricación de calderas, eso generaría un tejido industrial que antes no existía».
Alberto Martínez, gerente de Biosar, admite su apuesta por la biomasa porque era una de las energías renovables que «mayores expectativas de crecimiento tenía» y reconoce el «crecimiento exponencial» que registra en la actualidad con un dato revelador. «En los últimos seis meses las instalaciones que hacemos de biomasa han crecido un 70%». Martínez asegura un «gran futuro» para la biomasa, «si se regula el sector y no hay malas experiencias».
Muñoz, por su parte, le vaticina «un papel importantísimo en el futuro porque, si uno observa la evolución de las necesidades energéticas a nivel global, se puede deducir que con esta evolución geométrica, se habrán de emplear todas las energías disponibles y muy probablemente descubrir la manera de aprovechar alguna más». Afirma que «la biomasa ha demostrado ser ineficiente para grandes centrales alejadas de los centros de obtención, sin embargo para explotaciones cercanas a los orígenes es una alternativa viable, que genera energía, puestos de trabajo y un impacto medioambiental menor que otras energías». Afirma que en «La Rioja tenemos un gran potencial de biomasa».

Fuente: elcorreo.com