El objetivo es mejorar la polinización y la productividad en los huertos agrícolas
La preocupación por la disminución de la polinización y la cantidad de abejas en los campos ha ido en aumento. Es por esto que científicos de todo el mundo han comenzado a realizar estudios, sobre todo, referentes al Desorden de Colapso de Colonias (Colony Collapse Disorder -CCD).
Fotografía: CSIRO
A raíz de lo anterior, en Australia, medio millón de abejas (honey bees) están siendo equipadas con diminutos sensores para llevar a cabo un programa de investigación que monitoreará a los insectos y su entorno, utilizando una técnica conocida como ‘detección de enjambre’.
La investigación, que está siendo dirigida por la agencia nacional de ciencias de Australia, Commonwealth Scientific and Industrial Research Organisation (CSIRO), tiene como principal objetivo mejorar la polinización de las abejas y la productividad en los campos agrícolas. Junto con esto, el estudio buscará descifrar las causas del CCD, una condición que ha diezmado gravemente las poblaciones de abejasen todo el mundo.
“Las abejas desempeñan un papel vital en el ambiente a través de un servicio de polinización libre para la agricultura, en la que se basan los cultivos para aumentar los rendimientos. Un estudio reciente de la CSIRO mostró que la polinización de las abejas en las habas puede conducir a un aumento de la productividad del 17%”, dijo el Dr. Paulo de Souza, líder de ciencia de CSIRO, quien dirige el proyecto de detección de enjambre.
“Cerca de un tercio de los alimentos que comemos depende de la polinización, pero las poblaciones de abejas en todo el mundo están fallando debido al ácaro Varroa mite y el CCD. Afortunadamente, Australia se encuentra libre de ambas amenazas”, comentó de Souza al sitio de la CSIRO.
Asimismo, el investigador indicó que están trabajando con la Universidad de Tasmania, la Asociación de Apicultores de Tasmania, los apicultores locales en Hobart y productores de fruta de todo el estado para probar la tecnología que permite monitorear el comportamiento de las abejas.
“Comprender las condiciones óptimas para estos insectos va a mejorar este proceso”, señaló de Souza.
En total son 5 mil sensores –de 2,5mm x 2,5mm- los que serán instalados en la espalda de las abejas antes de ser liberadas a su entorno natural. Para esto, los investigadores someten a los insectos a un proceso de refrigeración que los pone en un estado de reposo, período mediante el cual ubican el sensor en la espalda de la abeja con un adhesivo. Luego de esto, el insecto despierta sin problemas, lista para regresar a su colmena y entregar la información a los investigadores.
Fotografía: CSIRO
“Este es un proceso no destructivo y los sensores parecen no tener impacto en la capacidad de la abeja para volar y llevar a cabo sus funciones normales”, indicó de Souza.
Cabe señalar que esta es la primera vez que se utiliza un número tan grande de insectos para el monitoreo ambiental.
Los sensores funcionan con un sistema de identificación de radio frecuencia, algo similar a los e-tags de los automóviles, detectando cuando el insecto pasa por un puesto de control en específico. Esta información, es enviada de forma remota a una central donde los investigadores pueden utilizar la señal de los 5 mil sensores para visualizar cómo las abejas se mueven en el ambiente.
“Las abejas son insectos sociales que regresan al mismo punto y que operan en un horario muy predecible. Cualquier cambio en su comportamiento indica un cambio en su entorno. Si podemos modelar sus movimientos, vamos a ser capaces de reconocer muy rápidamente cuando su actividad muestra una variación e identificar la causa. Esto nos ayudará a entender cómo maximizar su productividad, así como monitorear los riesgos de bioseguridad”, afirmó de Souza.
Pero esto no es todo, ya que el monitoreo también permitirá a los investigadores examinar el impacto de los pesticidas agrícolas en las abejas.
“Con esta tecnología, esperamos entender la relación de la abeja con su entorno. Esto debería ayudarnos a entender las condiciones óptimas de productividad, así como ampliar nuestro conocimiento sobre la causa del Desorden de Colapso de Colonias”, detalló el investigador.
Finalmente, el sitio de la CSIRO señala que el siguiente paso en la investigación, será desarrollar sensores de 1mm para aplicarlos a insectos más pequeños como mosquitos y moscas de la fruta.
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