Argentina se ha caracterizado por vender vinos a granel sólo en épocas en que grandes cosechas no han podido ser vendidas con éxito en otros mercados. Las exportaciones de vino a granel argentinas, históricamente, han consistido en envíos de vinos blancos, genéricos (sin mención varietal), y frecuentemente en un segmento de precios bajo. Esto responde al comportamiento de exportadores del tipo ‘ocasional‘ o ‘válvula de escape‘.
Entre 2006 y 2008, donde una serie de buenas cosechas consecutivas permitió la acumulación de stocks de vinos blancos, presionando a la baja el precio y abriendo la puerta para las exportaciones sin envasar. En esa oportunidad, las salidas alcanzaron los 205 millones de litros como pico máximo en 2008, y el protagonista de esta buena época para los graneleros fue Rusia, que por sí sola se llevó 94 millones. En ese año las salidas a granel representaron casi el 50% del volumen total exportado de vinos por Argentina, pero sólo el 22% del valor FOB, según datos del Observatorio Vitivinícola Argentino.
Los periodos 2002-2005 y 2009-2011 fueron años del ciclo contrario: cosechas más magras, stocks muy bajos (drenados ya por las salidas a granel), precios en franca alza.
El año 2012 aparece en números globales muy similar a lo sucedido en 2008: nuevamente las exportaciones de vino granel hacen pico, esta vez en torno a los 160 millones de litros y al 43% de las exportaciones totales. Sin embargo, un análisis más detallado saca a la luz grandes diferencias: en primer lugar la composición, en segundo lugar la evolución y en tercero la localización.
Mientras que en 2008 el 85% del vino fue genérico, en 2012 esta participación cayó al 60%: el restante 40% se compuso de vinos con mención varietal (el varietal más exportado fue Malbec). Esta situación se viene repitiendo ya por más de tres años: desde 2009 las ventas de varietales ha ido ganando participación a los genéricos. Y por último, las importantes ventas de vinos a granel de 2012 no fueron a cubrir el masivo faltante de Rusia, ni la pérdida de cosecha de España, sino que se destinaron principalmente a Estados Unidos.
Esta temporada
La situación en 2013 se ha visto afectada por la constante pérdida de competitividad y los bajos precios internacionales generados por la recuperación de stocks vínicos de España y Chile, por lo que las ventas argentinas cayeron 38% en valor FOB y 35% en volumen. Los 39 millones de litros vendidos hasta el momento siguen teniendo como destino principal a Estados Unidos, pero el volumen ha caído drásticamente a menos de la mitad de lo enviado el año anterior.
Otro factor negativo fue la desaparición de las compras de Rusia, quienes volvieron a abastecerse del mucho más competitivo vino español.
En la última década se ha desarrollado, con mayor fuerza en el mundo, el intercambio de vinos a granel de mayor calidad, varietales en muchos casos, toda una señal de hacia donde apunta el mercado en el planeta vitivinícola.
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