“Hoy se encuentra en el foco de las autoridades sanitarias nacionales y provinciales a fin de detener su dispersión por la zona cuyana y otras áreas vitícolas de país. El común de estos insectos es que son para nosotros plagas cuarentenarias, es decir que no son nativos de nuestro país y se encuentran bajo control oficial, en la Argentina ejercido por el Senasa. Otro aspecto común, es que cada plaga es propia de un único cultivo y que corresponde a una economía regional”, sostiene el investigador.
En Brasil varios investigadores ya trabajan en la descripción molecular de ésta plaga para evaluar e identificar variaciones interpoblacionales y caracteres potencialmente útiles para diferenciarestas especies con precisión y rapidez, de manera de mejorar su control.
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