En la última década. a Bolsa de Cereales y el Ministerio de Agricultura estiman una superficie aproximada de 1.360.000 a 1.480.000 de hectáreas.
“Estamos en una de las perores campañas de los últimos 10 años en cuanto a superficie sembrada. Si tomamos la campaña 08/09, que fue de 1.053.000 hectáreas, este año la Bolsa de Cereales y el Ministerio de Agricultura están dando 1.360.000/1.480.000 de hectáreas”, reconoció el presidente de ASAGIR (Asociación Argentina de Girasol), Luis Arias en “Siempre que llovió…, paró”, en Radio Colonia.
En ese sentido el entrevistado agregó que "La realidad es complicada y hay varias razones para que el productor no se vuelque a este cultivo, cuando en algunas zonas, y es bueno aclararlo, es hasta imprescindible porque hay pocas alternativas de otros cultivos, como puede ser soja u otras gramíneas, porque son más marginales".
Asimismo, señaló que el girasol en los últimos años se ha ido marginalizando al sudoeste de Buenos Aires, La Pampa o Chaco, y la situación actual hace que en estas provincias el girasol haya retrocedido, además de no resistir más el nivel arancelario que tiene hoy en día.
El girasol hoy está tributando casi igual que la soja y ya no resiste esa mochila de retenciones que es del 32% para granos y 30% para aceite. Si no revertimos esta situación va a pasar lo mismo que está pasando con el trigo, donde no vamos a tener harina.
"Hoy el consumo aceite de girasol en la Argentina es parte de la canasta básica y parte de la mesa de los argentinos, y de seguir así, disminuiremos tanto la producción que vamos a empezar a tener problemas de abastecimiento", indicó.
Respecto a las diferencias con la soja, Arias destacó que lo que primero hay que diferenciar es que el producto principal del girasol es el aceite. Casi el 50% del peso del girasol cosechado es para el aceite, cuando en la soja esa relación no se da ya que el principal producto de la soja es la harina proteica.
"Hoy los mercados internacionales están muy necesitados de harina proteica debido al crecimiento de China y al mayor consumo de carne de todos estos países (India, China). Entonces, la demanda de la harina ha crecido mucho en estos últimos años pero no en el aceite"
Por lo tanto, cuando el valor de la soja está sostenido por la demanda de harinas proteicas, no pasa lo mismo con el girasol porque Argentina de ser el principal exportador de aceite de girasol del mundo antes del año 2000, con el crecimiento de la agricultura en Rusia, Ucrania y países de Europa del este fundamentalmente, pasó a ser un tercer país en este rubro, sumado a que este año hubo una superproducción en esos países, generando abastecimiento a los mercados que consumen aceite más caro como ser Europa, con un flete mucho menor.
"Entonces, con una retención del 30% o 32% es imposible mantenerlo con una rentabilidad razonable para los productores porque el valor que se puede ofrecer, con ese nivel arancelario, es imposible que sea competitivo frente a otros cultivos".
Además el presidente de Asagir relató que otra de las situaciones que se dieron es que Argentina era uno de los mayores exportadores de biodiesel del mundo, y con la reducción de beneficios arancelarios que tenía y los cierres de mercados internacionales, hay una oferta interna de aceite de soja que probablemente se vuelque al mercado interno, con lo cual, eso también empieza a afectar el valor del girasol.
"Es una situación muy compleja, que de no tomar algunas medidas en el mediano y corto plazo, seguiremos en situaciones complicadas como la tiene el trigo o como está empezando a tener el maíz, porque la rentabilidad de los productores agrícolas ha ido cayendo por aumento también de los costos internos que tienen para producir. Entonces, con ese nivel impositivo es muy difícil y todo se vuelca a cultivos de menor inversión, de otro valor y de mayor facilidad. Por eso la soja tiene el auge y es el único cultivo que va aumentar en superficie en esta campaña", concluyó.
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