Lo dice el ingeniero agrónomo Darío Yenerich, de Forratec Argentina. ¿Cómo lograr un lote productivo de alfalfa?
Para esto, tendrían que considerar lo siguiente a la hora de programar el cultivo:
Selección del lote: tendríamos que apuntar al mejor lote del campo, si queremos lograr alta producción, proyectar con tiempo, para realizar un buen cultivo antecesor y de esa forma tener una cama de siembra húmeda y suelta.
Análisis de suelo: es fundamental realizarlo, ya que de esa forma sabremos nuestras limitantes para alcanzar el potencial productivo. Es fundamentas saber por lo menos el PH, Fósforo, Azufre, Calcio y CIC (Capacidad de Intercambio Catiónico).
De esta forma podremos corregir un suelo con problemas, y así alcanzar el potencial genético de la alfalfa.
Elección de la semilla: primero pensar en el destino de esta producción, si va para corte (heno o silo) tendría que apuntar a un grupo de latencia 6 o 7 (alfalfas con latencia), si el destino es sólo pastoreo, apuntar a grupo 8 o 9 (alfalfas sin latencia).
Es bueno saber en esta elección que las alfalfas de grupos cortos (6 y 7) brindan un forraje de mejor calidad, ya que tienen más hojas y tallos más finos.
Las de grupos 8 y 9, tienen mayor velocidad de rebrote, pero dan tallos más gruesos y pierden la hoja del tercio inferior.
Un punto no menos importante en la elección de la semilla, es sembrar Semilla Certificada, ya que es la única que nos brinda la seguridad de pureza. Hay semillas “bolsa blanca” que tienen 97% de pureza (lo que parece bueno) y cuando analizamos finamente, vemos que ese 3% representan 600 gr. de semilla de malezas/ha, y con una lista de 18 especies, las cuales ponemos en iguales condiciones que la alfalfa, a competir y lo peor es que la alfalfa es muy mala competidora contra otras especies. Le sembramos la competencia a nuestra alfalfa.
La semilla siempre debe ser Certificada.
Preparación del lote: es primordial lograr una cama de siembra fina y libre de rastrojos, ya que es una semilla muy chica y difícil de manejar, y si tenemos cobertura, o suelo desparejo, o terrones, no realizaremos una siembra uniforme y perderemos eficiencia.
Siembra: tengamos en cuenta que es una semilla muy pequeña con lo que necesita un cuidado especial. La profundidad debería estar entre 0,5 y 1,5 cm de profundidad, para lograr la mayor eficiencia.
Si lo realizamos con una sembradora de Directa, tener en cuenta que los cuerpos de siembra no son fabricados para pasturas, por lo que debemos tener especial cuidado al momento de regular la sembradora. No debemos tapar la semilla, es preferible levantar las ruedas tapadoras y dejar el surco abierto con la semilla apretada en el fondo, a taparla con un borde de 5 a 7 cm de tierra por encima.
También tenemos que tener en cuenta que las sembradoras de Directa tienen los cuerpos a 19 o 21 cm de distancia en su mayoría, lo que hace que la distancia entre líneas es grande y la cantidad de semillas en la misma línea es muy alta, con lo que generamos una gran competencia entre la misma especie.
Para solucionar esto deberíamos hacer una siembra cruzada, poniendo la mitad de los kg en un sentido y la otra mitad al cejo o cruzado. De esa forma distribuimos mejor en el espacio la semilla y cubrimos mejor el suelo, lo que nos asegura una mayor competencia con las malezas, una mayor cantidad de tallos por superficie y por ende una mejor producción a lo largo de más tiempo (mayor vida útil).
Densidad: tenemos que apuntar a lograr 350-400 plantas/m2 a los 100 días de sembrado. Esto hace que debemos ser eficientes en todos los pasos anteriores para lograrlo y también aumentar los kg de semilla y apuntar a los 18 kg/ha en dos pasadas de 9 kg, o 20 kg/ha en dos pasadas de 10 kg.
De esta forma lograremos buena cantidad de tallos/superficie, que es lo que nos dará la alta producción de forraje.
Control de malezas e insectos: es fundamental realizar control de malezas desde el inicio, con un herbicida de presiembra o preemergencia y si es necesario hacer un graminicida en la primer primavera, y en los años sucesivos. La siembra de semilla curada con insecticida ya es indiscutible, por el tema del control de Trips y Pulgones en los primeros estadios de la plántula.
Hasta acá, si realizamos las cosas bien, deberíamos tener un cultivo con 350-400 plantas/m2, con una excelente distribución en el espacio, con gran cantidad de tallos/superficie y libre de malezas.
A partir de acá, comienza otro tema, que es la buena utilización del forraje, aprovechando la máxima cantidad, con el menor desperdicio y en el momento de mejor calidad.
Fuente: on24
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