Se acerca la siembra gruesa y el productor suele tener dos grandes alternativas: soja y maíz. Sin embargo, el sorgo se vuelve una opción más que interesante, considerando que no tiene las restricciones comerciales del maíz, crece con un menor consumo de agua y permite tomar la decisión de siembra con mayor amplitud que el maíz. Carlos Sosa, gerente de la semillera Pannar, explicó qué posibilidades tiene el productor con este cultivo.
“Hay demanda de forrajeros en el mundo, y tenemos la oportunidad de exportar sorgo. Argentina tiene buena producción, más de un millón de hectáreas (sembradas) de sorgo granífero, (aunque) la mayoría se hace para autoconsumo”, destacó.
Uno de los inconvenientes que debe afrontar al cultivo es que, hasta el momento, es sembrado en áreas marginales. “La producción de sorgo está alejada de los puertos, al norte de la ruta 19”, explicó Sosa, aunque “la perspectiva es que, a medida que se desarrollen la exportaciones, poder tener alternativas, como el sur de Buenos Aires. Ya hay un mercado interesante en la zona cercana al puerto de Rosario”.
Entre las virtudes que destaca el especialista, se encuentra el bajo consumo de agua del cultivo: “Con 400 a 500 milímetros puede llegar a andar bien. La clave es aprender el manejo e ir viendo con qué reservas podemos contar en cada uno de los lotes”. Pero además, Sosa remarcó la “plasticidad de siembra” del sorgo. “Es un cultivo que, dependiendo de la zona, se puede sembrar en septiembre hasta casi enero. El período de siembra es tan amplio que podemos tener la oportunidad de recargar el perfil”, aseveró.
Otro aspecto que le abre las puertas es que no posee eventos biotecnológicos, lo cual facilita su colocación en el mercado externo. “El sorgo no tiene biotecnología. Por un lado, es limitante. Por otro, desde el punto de vista de los mercados es aceptado porque no es genéticamente modificado y eso, en algunos países, es bien visto”, dijo.
Por si fuera poco, este cultivo abre la chance de una doble cosecha: “En centro-norte de Santa Fe, Chaco y Formosa, con una cosecha temprana tienen la posibilidad de rebrotar y dar una segunda cosecha. Esto depende de las condiciones ambientales, pero para el productor es muy interesante y se trata de una técnica que se va difundiendo”.
Pannar cuenta entre su paleta de productos con “ciclos más cortos hasta ultra cortos, como segundo cultivo de la zona norte en el país; hasta ciclo intermedio para zona centro, superando potencialmente los 6 quintales”, recordó Sosa.
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