Pese al enorme potencial del cultivo por sus adelantos genéticos y demandas del mercado, el aumento de costos pone en jaque su crecimiento. Además, las estimaciones oficiales parecen sufrir el “efecto INDEC”.
En un país donde el INDEC dibuja a diario los índices de la economía, resulta por lo menos sospechoso el giro detectado en las estimaciones de proyección del maíz para contribuir a la campaña agrícola “récord”. En mayo, desde el Ministerio de Agricultura estimaban 4,56 millones de hectáreas, un 8 por ciento por debajo de la campaña anterior. Sin embargo, en las estimaciones de junio, la cifra ascendió vertiginosamente a 32,1 millones de tn. en 6,1 millones de hectáreas (un 22 por ciento más que 2011).
Según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, en su último informe semanal, luego de recolectarse el 92 % de la superficie apta de maíz con destino a grano comercial, el rendimiento promedio nacional alcanzó los 72 qq/ha, habiéndose acumulado a la fecha un volumen en grano de 23,3 millones de toneladas. “Frente al escenario actual, mantenemos nuestra proyección final en 24,8 millones de tn. De lograrse dicho volumen, se ubicaría un 15,4 % por encima de lo recolectado la anterior zafra (21,5 millones de tn.)”.
Encima, más allá de las diferencias de números, a futuro el cultivo muestras más dudas que certezas. La Guía Estratégica del Agro de la Bolsa de Rosario se pregunta si caerá la siembra. “Las decisiones de siembra entraron en un impasse ante la caída del precio del maíz futuro. Con el panorama actual, la intencionalidad de siembra exhibe una sensible caída en la región núcleo”. Coincidentemente, el informe quincenal del INTA Pergamino cometió un “sincericidio”, y aseguró que los resultados de la rentabilidad del cultivo de maíz para la próxima campaña es “ajustada” y el panorama comercial se hace más complicado al considerar los márgenes brutos que obtendrá el productor.
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