Las cotizaciones más bajas no despiertan el interés del productor. Pero todo indica que sigue la caída de precios
Poca actividad se registró esta la semana en el mercado local, con compradores que mostraron menor interés pese a la baja de precios en Chicago, que permitía reflejar la caída en los valores domésticos.
De todos modos, la referencia tuvo mucha volatilidad con jornadas en alza, pero con un balance semanal negativo a partir de los pronósticos climáticos en las regiones productoras de Estados Unidos y la debilidad de los precios del mercado interno, como consecuencia de las mayores ofertas por parte de los productores al aproximarse al final del ciclo 2012/2013.
En tanto, los precios para la campaña 2013/2014 continuaron con tendencia negativa ante los pronósticos climáticos favorables para el desarrollo de los cultivos sembrados que, en el caso del maíz, se encuentra en plena fase de polinización.
Meteorólogos agrícolas esperan que en la próxima semana las temperaturas se mantengan más bajas y se registren las lluvias necesarias en el Medio Oeste.
Para la soja también las condiciones son positivas, aun cuando el informe semanal mostró un deterioro de un punto en la categoría de bueno a excelente para llegar al 64 por ciento, aunque arriba del año pasado a la misma fecha en 33 puntos.
Con este contexto, que se repite en el caso del maíz, las perspectivas continúan siendo positivas para la cosecha de la próxima campaña, pero con presión sobre las cotizaciones futuras.
Las bajas están impactando en los valores de referencia de los mercados a término para el maíz y soja de la próxima campaña local, que algunos productores están tomando para realizar los números de cara a gruesa 2013/2014.
Los 157 dólares para el maíz abril 2014 y los 288 dólares para la soja mayo 2014 están lejos de los valores del año pasado a la misma fecha y chocan con cálculos de mayores costos.
Cuando en el mercado se esperaba un importante recorte en los alquileres, fueron pocas las zonas en las que la disminución alcanzó el 20 por ciento como se esperaba inicialmente. En rigor, promedian entre 10 y 15 por ciento.
A la vez, hay incrementos de precios por la inflación que no son compensados con el ritmo de la devaluación, componente que también limita las ventas actuales de soja, que continúan siendo el refugio del productor de cara al próximo año, incluso cuando los valores indican que la estrategia correcta sería vender más mercadería física en este momento.
Los datos nos muestran que se ha comercializado el 55 por ciento de la producción de soja frente al 75 por ciento del año pasado a la misma fecha. Eso significa que todavía no se vendieron 22 millones de toneladas que, con el contexto actual, tendrán en dólares un menor valor.
Las cotizaciones más bajas que muestran los precios futuros no despiertan el interés del productor, que enfrenta incertidumbre no sólo en materia de precios, sino también de cambios en factores exógenos que impactan en la ecuación económica presente y futura.
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