Cuando el ex presidente Arturo Frondizi convenció al ingenio Ledesma de alimentar su enorme fábrica azucarera únicamente con gas, todos pensaron que ese esquema podría durar para siempre. Pero medio siglo después, como muchas industrias de la Argentina, la principal empresa de Jujuy comenzó a sufrir cortes en el suministro, que pusieron en jaque toda su actividad. Así fue que se comenzó con la cosecha de la “malhoja ”.
La “malhoja” es el residuo de la cosecha de caña de azúcar. Hasta ahora, quedaba tirada sobre el piso, como rastrojo del cultivo. Pero a partir de 2010, enormes máquinas levantan parte de esos restos, los pican o enfardan, y los envían hacia un moderno sistema de calderas en el que la mayor productora de azúcar del país ya invirtió US$ 29 millones.
Solo así Ledesma pudo sortear los 15 días de corte total de gas que le tocaron este año, y que la hubieran obligado a apagar su trapiche. La zafra acaba de terminar y la fábrica finalmente pudo trabajar 174 días corridos, para moler 3.570.000 toneladas de caña.
El proyecto de Biomasa del ingenio demandó una inversion adicional de US$ 7 millones y ya permitió, al cabo de dos años años, reemplazar cerca del 20% del consumo de gas requerido en época de cosecha, o 13% del total de la energía consumida por Ledesma a lo largo de todo el año.
El ingeniero Miguel Ullivarri, quien está a cargo del plan, dice que en a mediano plazo aspiran a reemplazar casi totalmente el combustible convencional por estas nuevas fuentes de energía. La “malhoja” será el principal motor de las calderas, aunque también la empresa está implantando entre el cañaveral “ bosques energéticos” de eucaliptos, que prometen aportar gran volumen de biomasa.
En una experiencia inédita en el país, Ledesma recoge la “malhoja” solo de una pequeña parte de las 40.000 hectáreas que tiene sembradas con caña de azúcar. En promedio en cada hectárea quedan 14 toneladas de ese rastrojo, de las que se levanta solo la mitad para evitar el deterioro de los suelos. Con esas 7 toneladas por hectárea se pueden reemplazan más de 2.000 metros cúbicos de gas. Resulta mucho más barato. Y es renovable. En total, Ledesma ya produce unas 60.000 toneladas de biomasa.
Ante la crisis, otros ingenios no tuvieron problemas pues alimentaban sus calderas con el bagazo, principal subproducto de la molienda para extraer el jugo de la caña. Pero Ledesma utiliza desde hace décadas ese insumo para la fabricación de papel y no podía parar esa otra fábrica. Este año logró 127 mil toneladas, más de 40% de la producción nacional de papel.
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