Entre el 30 y el 40 por ciento de las abejas productoras de miel en el valle inferior del río Chubut murieron durante los últimos años por factores climáticos y plagas, aseveró el técnico apícola Gerardo Cope, de la estación experimental Trelew del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
El especialista consideró que en el fenómeno influye la aparición de un ácaro denominado “varroa”, parásito de las abejas, que se transformó en una plaga que está afectando al plantel desde hace varios años y que cada vez es más difícil combatir.
Otro de los temas que influyó entre los muchos que se pueden establecer es un factor climático al que llaman “verano largo” y que el técnico explicó de manera muy gráfica.
“Las temperaturas altas, incluso en el otoño y el invierno, hacen que la abeja salga a polinizar pero no encuentra flores porque no es la época de floración y solo pasea, gasta energía y termina consumiendo la miel que hay en el panal con lo cual se desabastece y termina muriendo de hambre”, dijo Cope.
El técnico, en diálogo con Télam, explicó además que “en situaciones normales, la abeja no saldría en invierno, no consumiría energías y tendrías reservas suficientes en el organismo sin necesidad de consumir la miel”.
Otro de los problemas que percibieron los técnicos del INTA es el abandono de las colmenas por parte de los productores, lo cual se transformó en un verdadero “foco infeccioso” para el resto de los emprendimientos.
En total se estima que en la zona comprendida entre el valle inferior del río Chubut, desde la comuna de 28 de Julio hasta cerca de Trelew, hay alrededor de 60 apicultores que han tenido merma del plantel de abejas en un porcentaje disímil.
“Hay casos en que se murieron hasta el 90 por ciento, pero en otros no llegan al 20 por lo que se puede decir que en total hay una pérdida entre el 30 y 40 por ciento promediando los extremos”, detalló.
En esta zona se produce en épocas normales alrededor de 40 toneladas de miel que “es la mejor del mundo” dice muy optimista Cope y explica: “acá hay condiciones agroecológicas óptimas sobre todo porque no hay pulverizaciones”.
La disminución del plantel de abejas perjudica indirectamente a los productores de cerezas, ya que los montes de esos frutales necesitan del proceso de polinización.
“El problema tampoco es nuevo con los cereceros, ya que ellos piden el servicio a los apicultores pero no siempre se les brinda porque el panal debe ser trasladado, las abejas se estresan y la mayoría esquiva esa prestación” explicó Cope.
El productor Ricardo Páez, que tiene emprendimientos en las chacras de 28 de Julio, Gaiman, Rawson y la zona de Trelew, localidades ubicadas en el valle inferior del río Chubut, aseguró que “de 125 colmenas se me murieron 72 y a otros productores les quedaron 4 colmenas de 80″.
Frente a este panorama, el ministro de agricultura, ganadería y pesca de la nación, Norberto Yauhar, informó que desde el 11 de octubre del año pasado está disponible una ayuda de 900 mil pesos para los productores.
En un comunicado el ministro destacó que “para que la actividad apícola en el valle sea sustentable, precisa apoyo y atención de parte de todos”.
Recordó que “productores del sector ya exportaron a Alemania un importante tonelaje de miel por lo que el que incluso se obtuvieron premios internacionales por su calidad”.
Se refiere a la exportación que realizó “Apícola Patagónica”, una PyME que lidera la productora Valeria Williams.
En diálogo con Télam, la emprendedora reconoció que “la situación es por demás complicada, sobre todo para aquellos que vivimos de esto, como es el caso de mi familia y también de otros productores”.
“La mortandad de abejas es grave y hace peligrar la producción de la próxima temporada” indicó.
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