El fin de año trajo una ola de calor récord. Fueron más de 20 días (según la zona) de temperaturas intensas que no se registraban desde la década del 30. Esto se dio porque había un bloqueo que impedía pasar el aire frío desde las altas latitudes hacia el trópico. Finalmente, entraron las lluvias y bajó la temperatura unos 20 grados.
Según describió el Ing. Eduardo Sierra, especialista en agroclimatología, ahora transitamos un clima fresco pero “la mayor parte del área agrícola empieza a tener temperaturas por arriba de los 30 grados e incluso 35 hacia el norte y ya podemos decir que el domingo es un día caluroso como previa de un lunes, martes con una nueva ola de calor”.
El alivio dura poco, pero tomará un ritmo cíclico ya que a partir del miércoles - jueves pasa otro frente de tormenta con lluvias generales que seguirían reponiendo la humedad que se fue evaporando en la ola de calor anterior. “Viene una lluviecita sobre el fin de la semana con una nueva baja de temperatura, sin efecto acumulativo es una baja moderada. Luego volvería a llover hacia el 16, 17 de enero”, adelantó el especialista.
Aparentemente, es un enero bastante bueno para toda el área agrícola menos para el ángulo sudoeste: sur de Córdoba, La Pampa y Sudoeste de Buenos Aires son las únicas zonas en donde no se ven buenas lluvias. “Para todo el resto hay buenas lluvias no solo durante enero, sino también en febrero y marzo hasta que las lluvias se despiden aproximadamente hacia Semana Santa, incluso con alguna tormenta”, prevé Sierra.
Dado el retraso que sufrieron el maíz y la soja en su comienzo, la ola de calor impactó menos en su desarrollo. “Fue una desgracia con suerte, para los cultivos”, apuntó Sierra. “Este atraso los salvó un poquito, no se resintieron tanto como si se hubieran sembrado en fecha ya que el impacto hubiera sido muy fuerte”.
Según las estimaciones de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires estamos yendo a una buena campaña, pero no a una muy buena o récord: se estiman 23 millones de toneladas, pero o vamos a llegar a los 28/30 millones que en algún momento se estimaron desde el ámbito oficial. “Una disminución así todavía es buen panorama”, afirmó Sierra.
Para el transcurso del verano se esperan oscilaciones térmicas pero no tan marcadas como fue a fin de año porque el polo se liberó del aire frío que tenía acumulado. “El dolor de cabeza vendrá para las plantaciones tardías de soja y maíz por las heladas tempranas que se esperan hacia abril comenzando por el sur de Buenos Aires y ya en mayo en toda el área agrícola. Esa es la contracara del atraso en los cultivos”, concluyó el especialista.
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