En líneas generales, al comienzo de esta creciente había 30 por ciento menos de stock que cuando se registraron las últimas inundaciones. El hecho de que la mayoría de los productores está mejor preparado y prevenido con respecto a las últimas crecientes ha quedado compensado por la velocidad con que creció el agua.
Para evacuar un número tan alto de ganado, el número de barcazas y chatas-jaula disponibles es claramente insuficiente; además, la mayor parte de las chatas son propiedad de productores medianos-grandes, que una vez evacuados sus propios ganados recién trabajan para terceros.
Puede estimarse, con un considerable error de cálculo, que 70 por ciento de la hacienda de la isla son categorías de engorde y sólo 30 por ciento vacas de cría. En general, tiende a hacerse hoy un engorde más corto, de una sola temporada (primavera-verano), con mucha entrada al final del invierno y salida en marzo-mayo, calculándose un engorde promedio en unos 100 a 120 kilos al año.
Con la política ganadera K cayó mucho en las islas el engorde de novillos pesados; hasta hace unos años, se entraba a las islas con novillitos de 250 a 300 kilos y se salía una o dos temporadas después con un novillo de 500 kilos.
En cuanto a la cría, ya de por sí dificultosa por las condiciones generales de la isla, puede estimarse que no pasa de un destete de 50 a 55 por ciento, con una carga promedio de tres hectáreas por vaca.
Al momento de iniciarse esta creciente, había relativamente poca hacienda gorda lista para faena en las islas y campos bajos, la cual ya ha sido vendida. El grueso de lo que ha estado saliendo es ganado liviano a “medio recriar”, novillitos y vacas de cría.
Puede estimarse que la mayor parte de la hacienda evacuada va a campos altos, propiedad de los mismos dueños del ganado, o a campos alquilados, a pastaje o capitalización, a una distancia no muy grande de las islas. Una proporción no muy alta de lo evacuado (10-15 por ciento) ha ido a los feedlots , que en esta época están próximos a llenarse.
Los más precavidos, generalmente con mayor escala, han llevado el ganado a los feedlots que tienen en sus propios campos (altos) y han sacado gordo todo lo que pueden. La experiencia de crecidas anteriores indica que un feedlot casero es preferible a malvender como invernada. Durante la última creciente mucha gente malvendió su stock a los bajos precios de 2008-2009, resultándole luego imposible repoblar con los nuevos precios del ganado. Las sucesivas inundaciones produjeron descapitalización y un menor stock.
(*) Analista del mercado ganadero y de carnes.
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