Desde la Exposición Rural de Palermo, el INYM promociona todo lo vinculado a una economía regional que llega a la totalidad de las mesas de los argentinos.
Los consumidores argentinos incorporan desde su nacimiento a la yerba mate. Esta tradicional infusión es consumida por todas las clases sociales, aunque no se conozca mucho el camino que debe recorrer la materia prima hasta llegar al consumidor final. Por eso, el Instituto Nacional de la Yerba Mate da el presente en la Exposición Rural de Palermo para mostrar todo el trabajo y la cantidad de personas que hacen posible este producto.
Carlos Cóppoli, el subgerente de marketing del INYM, aclaró que “el mate es una manera de consumir la yerba. Lo que tratamos es de contarle a la gente que el mate tiene una alta penetración y entendamos que la gente tiene poca información de lo que implica consumir yerba”.
“Una de las cosas que venimos a hacer es mostrarle a la gente estas propiedades. La yerba es un poderoso antioxidante con efecto antiage, su consumo ayuda a prevenir el envejecimiento. Además, es fuente de vitaminas, minerales y también es un poderoso energizante”, añadió.
Al respecto, el jefe de prensa del instituto, Raúl Romero, dijo: “Un paquete de yerba le rinde 20 mateadas, 20 litros de agua que incorpora al organismo y sus únicos ingredientes son calor para secar y tiempo para estacionar”.
Luego, recalcó: “La yerba está en el 100% de los hogares. Lo interesante es todo el trabajo que se hace. Tenemos prácticamente 30 mil familias trabajando constantemente para que los argentinos tomemos mate. Hay 17 mil productores, de los cuales el 70% son pequeños de entre 5 a 10 hectáreas, 14 mil cosecheros, 210 secadores, 160 molinos, más fletes, transportes y anexos”.
Romero aseguró que la mirada del instituto está puesta en el consumidor y en que los productores “puedan seguir trabajando en la chacra y continuar con su estilo de vida, que trabajan para que haya un paquete de yerba en cada mesa”.
Martha Cunha de Giménez es representante suplente del gobierno de Misiones, y brindó más datos sobre la magnitud de esta producción: “Hay más de 200 secaderos y también están las cooperativas. Los grandes molineros son los que tienen secadero propio”. Clotilde Gessner, integrante del directorio del INYM por el sector cooperativo, agregó: “Hay 36 cooperativas, 35 de misiones 1 de Corrientes, que representan el 25% de producción de yerba mate elaborada”.
El INYM además de promover la producción y consumo de yerba se encarga de fiscalizar la calidad de lo que se consume en el país. Lo hace a través de una estampilla que se pega a los paquetes de 500 gramos y un kilo, que dan fe que ese producto cumple con los requisitos de calidad. Romero explicó que “a través de la ley se creó una estampilla que tiene que estar en todos los paquetes de yerba. El instituto se la vende a los productores de yerba que envasan a los molinos y ellos la adhieren. Con eso, el INYM recauda los fondos con las que realiza todas sus actividades”. Gessman añadió: “La estampilla sirve para fiscalizar. (La materia prima) debe pasar por el control del instituto sobre yerba mate molida. Si no tenga la estampilla es una yerba que se vende en negro y no tiene controles de calidad. El INYM se encarga, con sus inspectores, de controlar y hasta ha decomisado mercadería sin estampilla”.
“La fiscalización es principal, como la promoción y el hecho que el instituto todos los meses fija el valor de materia prima. El INYM fija valores mínimos para la hoja verde y la yerba mate canchada”, añadió Cóppoli.
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