La cosecha de fresas, que comenzó en agosto y se extiende hasta los primeros días de diciembre, inyectó alrededor de 240 millones de pesos (unos 39 millones de dólares) en la economía de la región, en el tramo que une Rosario con Santa Fe, donde se encuentra el epicentro de la siembra de esa fruta.
El dato surge del cálculo promedio del rendimiento de una hectárea de fresas, multiplicado por las 414 hectáreas que, según un informe del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), se sembraron en la provincia de Santa Fe en 2013. También se tiene en cuenta las pérdidas que sufrieron unos 30 productores del norte provincial por dos tormentas de granizos.
La parte más significativa de la producción se concentra en la localidad de Coronda, a unos 120 kilómetros al norte de Rosario, y sus alrededores, pero poco a poco la producción se extiende en todo el corredor que une Rosario con Santa Fe, sobre la Ruta 11.
Los productores, por lo general, se extienden en pequeñas parcelas de no más de 7 u 8 hectáreas, donde siembran alrededor de 50.000 plantas por hectárea, cada una de las cuales genera, en promedio, un kilo de fruta madura. Esta temporada, las vendieron a unos 12 pesos (1,94 dólares) el kilo, aunque en “la góndola” llegó a costar hasta 40 (6,47 dólares).
La producción tomó un importante impulso a partir de 2008, cuando proliferó el cultivo multivarietal, debido a las condiciones del mercado y a la búsqueda de precocidad.
La provincia de Santa Fe encabeza el listado de la producción a nivel nacional, seguida de Tucumán y Buenos Aires. En total, se siembran en el país entre 1.000 y 1.250 hectáreas por año y más del 80 por ciento de la producción la absorbe el consumo interno.
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